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El ánfora del diablo

Ernesto Santana*

– Quiero que me reveles el futuro – le dijo Blas al diablo.
– Podrías asustarte.
– No... Quiero conocer a dónde me llevan mis días.
– Bien, escucha... Te regalaré el ánfora que aquí ves. Ha sido magistralmente modelada, ¿verdad? Pero es tan bella como tan frágil. Y debes conservarla así, pues sólo vivirás mientras el ánfora se conserve intacta.
– Yo solamente te he pedido que me reveles el futuro – replicó Blas, perplejo.
El diablo sonreía cuando le dijo:
– Está dentro del ánfora.


*Ernesto Santana Zaldívar (Puerto Padre, Las Tunas, 1958).  Realizó estudios superiores de literatura.  Ha obtenido varios premios literarios de importancia.  Ha publicado Nudos en el pañuelo (Casa Editora Abril, 1993) y Bestiario pánico (Casa Editora Abril, 1995).  Todos en el género de cuento.

Tomado de: Salvador Redonet.  El ánfora del diabloNovísimos cuentistas cubanos.  Ediciones Extramuros, Ciudad de La Habana, 1999., p., 10.


Desde el cesto

Juan Cueto-Roig




     Había caído boca arriba. El impacto le produjo un terrible dolor en la región occipital. Por unos segundos pudo ver un círculo azul que daba vueltas a su alrededor. Poco a poco los bordes del cesto se fueron cerrando como la lente de una cámara fotográfica. Fue sólo en ese momento que se percató de otro dolor. Incipiente. Fugaz. El insoportable ardor del cuello cercenado por la guillotina.



Tomado del libro Hallarás lobregueces.

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