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Inauguran Museo de la Farmacia Habanera

     Esta obra ha sido considerada por el Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal Spengler, como «una de las más importantes de la restauración de la Habana Vieja».
     Según Eusebio Leal, se han precisado de decenas de años para reunir los frascos y otros ceramios que hoy se exponen en el recién inaugurado Museo de la Farmacia Habanera.
     Muchos de ellos fueron salvados en su momento; otros, se conservan gracias a la generosidad de los donantes, pero — la mayoría — fueron encontrados mediante las excavaciones arqueológicas en el Centro Histórico.
     En ese sentido, expresó, «la Arqueología volvió a demostrar su utilidad, pues se hallaron frascos con sus correspondientes etiquetas o inscripciónes, los datos del comercializador, la ciudad de origen, y hasta con restos de los medicamentos que contenían».
     Fundada en 1853, la farmacia La Reunión — que desde un inicio ocupara el inmueble de Teniente Rey 41, esquina a Compostela — se fue expandiendo al comprar su propietaria, la sociedad Sarrá y compañía, varios de las edificaciones colindantes. Entre ellas, la sede del antiguo Colegio del Salvador, fundado por José de la Luz y Caballero en 1848.
     Precisamente, este último inmueble es otro de los objetivos del proceso restaurador, señaló Leal, quien también se referió a las obras sociales que se están llevando a cabo en ese entorno, vinculadas a la remodelación del antiguo Monasterio de Santa Teresa.
     Con la restauración de La Reunión, son tres las farmacias habaneras recuperadas, pues ya lo fueron años atrás Johnson y Taquechel, ambas fundadas también en el siglo XIX, pero en la calle Obispo.
     En lo que va de año 2004, se han inaugurado — entre otros proyectos restauradores — la sala de conciertos del Oratorio de San Felipe Neri (Obrapía y Aguiar) y, recientemente, el Museo Numismático, en Obispo 305. Estas dos últimas instituciones radican en sendos edificios de semejante carácter bancario que, situados en la zona que algunos llaman «el Walt Street» habanero, fueron recuperados como exponentes de la arquitectura moderna en los predios del Centro Histórico.

Opus Habana, 30 de julio 2004


Dedica Lichtungen un dossier a la literatura cubana contemporánea

      Lichtungen, una de las revistas austríacas más importantes (junto con Manuskripte y Literatur und Kritik) dedicó a la literatura cubana su edición 98 . En la misma se recogen textos de: Carlos A. Aguilera, Rolando Sánchez Mejías, Juan Carlos Flores, Antonio José Ponte, Pedro Marques de Armas, Ena Lucía Portela, José Aníbal Campos, José Manuel Prieto, Omar Pérez, Ronaldo Menéndez y Rafael Rojas. El dossier incluye también a la artista Tania Bruguera. Para la presentación de este número Pedro Marqués de Armas, Rolando Sánchez Mejías y Carlos A. Aguilera hicieron una lectura que se llamó Das andere Kuba (la otra Cuba) en el centro Minoriten de Graz. Reproducimos el link correspondiente: http://www.lichtungen.at/
Nuestros lectores pueden visitar el website de Lichtungen y "hojear" la publicación austríaca.  
La Habana Elegante agradece al poeta y ensayista Carlos A. Aguilera por la información correspondiente. El dossier de literatura cubana que incluye Lichtungen es otra prueba del interés que nuestros escritores siguen suscitando en todas partes. 


Despedida a Manolo Vidal

Virginia AlberdiI

     Una Habana lluviosa despidió ayer en horas de la tarde, y en silencio, a una figura imprescindible, aunque también demasiado silenciosa, de la pintura cubana contemporánea: Manuel Vidal.
     No tan mencionado en los corrillos de la moda y menos en los entretelones del mercado, Manolo era, sin embargo, una referencia de culto entre quienes sabían o se animaban a recorrer los hitos de la modernidad pictórica en la Isla, y, sobre todo, entre los que ponderaban por esencial el reflejo de la identidad por el dibujo.
     Vidal había nacido en La Habana en 1929. Nunca fue proclive al ejercicio académico, por ello se entregó más a una formación autodidacta en la que la literatura desempeñó un gran papel en el ensanchamiento espiritual del artista. Será preciso que los especialistas literarios valoren incursiones líricas que, en su tiempo, contaron con el favor de editores y poetas.
     En el plano de las artes visuales, Vidal se dio a conocer en la década de los cincuenta por una figuración muy especial que se anticipaba al acriollamiento de las corrientes expresionistas del siglo XX.
     Una sutil oscilación entre los rumbos figurativos y el coqueteo con la abstracción afirmaron su condición solitaria en el concierto de valores plásticos cubanos de la medianía de la centuria.
En tal sentido, en los sesenta se le comparó con otra rara avis en la pintura cubana de la época, Raúl Milián. En aquel tiempo compartió vida y oficio con una grande de la pintura insular de todos los tiempos, Antonia Eiriz.
     Cuando se descifra la obra que fue construyendo sucesivamente en las tres últimas décadas, se advierte en Vidal un acentuado refinamiento formal, que tuvo que ver no solo con su linaje artístico, sino con su afición a las filosofías orientales.
     En estos últimos años, Manolo alentó la vocación artística de su compañera, Hilda Vidal. Era una fiesta departir con ellos exposiciones y veladas artísticas. Siempre fue de agradecer su sabiduría, salpicada de una fina ironía.
     El Museo Nacional de Bellas Artes atesora valiosos exponentes de la maestría de Manolo Vidal.

Granma, 13 de agosto, 2004


Sueltas

El grandioso y sin rival nacimiento mecánico del Sr. Sinesio Soler, situado en la Plazuela de Monserrate, continúa atrayendo a ese sitio la atención del elemento infantil, que ríe desaforadamente con los sainetes de los Polichinelas que dirige el célebre Cap. de Estapa.

El día 7 del corriente tendremos entre nosotros a la afamada trágica francesa Sarah Bernhardt, quien interpretará la tragedia Cinco héroes, con libreto de Francisco López Sacha, decorados y vestuario del chino Heras León, y acompañamiento orquestal de La Jiribilla. La Federación de Mujeres Cubanas le ha preparado un exquisito recibimiento a la trágica francesa en el que se le entregará un sellito con la inscripción: Liberté pour les cinq. A la Bernhardt le será entregado también el premio del Gran Teatro de La Habana, el cual recibirá en una fastuosa ceremonia que tendrá lugar en el coliseo de Prado y San Rafael. Al acto ha sido invitado lo más selecta de la prensa habanera: Granma, Juventud Rebelde, Bohemia, Verde Olivo, Mujeres, Pioneros, Juventud Técnica y Mar y Pesca. Alexis Díaz Pimienta improvisará unas décimas en honor a la actriz, y Luis Sexto leerá un comunicado del núcleo del Partido. El Ballet Nacional de Cuba estrenará un nuevo ballet con coreografía de Miguel Barnet y notas al programa de Pablo Armando Fernández: Por los cinco corred, bayameses. La música siboneyista está basada en cinco acordes de José Fornaris que fueron descubiertos recientemente mientras se realizaban excavaciones en una casa de la Habana Vieja.  El vocero de Sarah Bernhardt nos participó que ésta había querido rendir un modesto homenaje al Capitán General de la Isla, y que, a estos efectos, había compuesto una tragedia que había titulado La caída. Aunque conmovido por el gesto, el Capitán General -- le expresaron a Sarah sus enviados -- prefería posponer el estreno dados los últimos acontecimientos que han consternado y mantienen aún en vilo a la Siempre Fiel Isla de Cuba: la caída del propio Capitán General, y las fracturas que sufrió aquí y allá. En lugar de La caída -- pieza altamente controversial -- Sarah sugirió estrenar Salomé como colofón de su actuación en nuestra capital. Pero la Comisión de Control de Calidad que atiende al Gran Teatro consideró que la escenita de la cabeza cortada podía tener imponderables consecuencias en un público tan sensible como el habanero. Por esta razón hubo que hacerle entender a la Bernhardt de una vez y por todas que bastaba y sobraba con la tragedia Cinco héroes. Sarah -- quien, por otra parte, supo de la misteriosa desaparición de María Taglioni tras la cortina del García Lorca -- aceptó encantada. 


Johnny Pacheco: "Celia era la orquesta"

Un año después de la partida de La Guarachera de Cuba, el músico dominicano recuerda a "la negra de los cien mil voltios de potencia"

Armando Lopez, New Jersey

     Ahora que Celia le pone ¡azúcar! al cielo, Johnny Pacheco, dominicano de nacimiento y cubano de ritmo, nos habla de su hija, la salsa, y de su hermana musical, su inseparable negra de voz y corazón de oro.
     Johnny es la historia viva. Su primer álbum, Pacheco y su Charanga Vol. 1, fue el más vendido de 1960, y se volvió un clásico. Cuando introdujo el ritmo pachanga, fue el delirio. Se convirtió en una estrella internacional, con presentaciones en Estados Unidos, Europa, Asia y toda Latinoamérica. Pacheco y su Charanga fue la primera banda latina que encabezó la cartelera del Teatro Apollo, del barrio neoyorquino de Harlem, el templo del jazz (1962).
     Pacheco nació en zurrón. Cuando ya los violines le quedaban cobarditos, y su Charanga comenzaba a apagarse, lo llamaron para trabajar con metales en la Feria Mundial de 1964, y ahí mismo cambió de palo pa' rumba: ¡Nació Pacheco y su tumbao! Para que no fuera una copia de la Matancera, le agregó un bongó y un tres, al estilo de Arsenio Rodríguez. Ya contaba con el sonido y la fuerza necesaria para grabar a Celia.
     Sólo faltaba la Fania, el mágico encuentro de Pacheco con el abogado Jerry Masuci, que lanzaría al mundo el nombre de "salsa", y llenaría el vacío que dejaba la música cubana, aislada en su revolución. La primera grabación de la Fania (1964) fue el disco 3-25. Pero el dominicano radicado en el Bronx no olvidaba su sueño: grabar a Celia.

¿Qué recuerda de su primer encuentro con Celia?

     Cuando vi a Celia por primera vez, en 1960, ya yo tenía Pacheco y su Charanga. Fui a verla con la Sonora Matancera, al Teatro San Juan, de la calle 175 y Broadway.
     Cuando la negra eléctrica salió al escenario con su voz que excedía las trompetas, me pellizcaba, no podía creerlo.
     Yo era fanático de La Guarachera de Cuba, desde que era muy joven, mejor dicho, desde que éramos… Mi mamá escuchaba a través de la Radio Progreso habanera, las novelas y después la orquesta de Arcaño y sus Maravillas. Crecí con una transfusión de música cubana. Ver a Celia en escena, era lo máximo. Cuando gritó ¡Azúcar!, comenzó mi sueño: ¡grabarla con mi orquesta! Pero con mi charanga sabía que no lo iba a lograr. La voz potente de Celia necesitaba metales, así que puse a dormir el sueño.
     La noche que volví a verla con la Matancera — en el teatro de la calle 14, The Academy — y cantó Caramelo, me dejó con la boca abierta. La Sonora tocó a un ritmo vertiginoso, y Celia cantó a una velocidad espantosa, sin comerse una sola fruta del texto de la guaracha, y cada fruta con una gracia, con una expresión distinta. Eso me convenció aún más: ¡tenía que grabar a esa mujer insólita! Ya aparecerían los metales.

¿No le pareció raro 3-25,el nombre de su primera grabación con la Fania?

     Fue un regalito que me hice, el día de mi cumpleaños, el 25 de marzo. Pero pronto sentamos cabeza. Todo el dinero que entraba lo invertíamos para firmar músicos y cantantes.

¿Por qué bautizaste "salsa" a la música que tocabas?

     El público se confundía con tantos nombres: que si el son, la guaracha, el guaguancó, y me dije: 'voy a poner todos los ritmos bajo un mismo techo', y así nació la salsa. Pero nunca he negado que hacíamos música cubana. Eso sí, le dimos otro color, porque en la Fania había puertorriqueños, dominicanos, cubanos, judíos y hasta descendientes de irlandeses.
Vivíamos en Nueva York, teníamos influencia del rock, del jazz, y cada uno venía con una forma de tocar distinta. En la música cubana tradicional, el ritmo quedaba atrás, y en la salsa lo llevamos delante, con el bajo en primer plano. No tengo que decirte que armamos tremendo revuelo. Firmamos a Rubén Blades, Ismael Miranda, Héctor Lavoe, Cheo Feliciano, Pete El Conde Rodríguez, Justo Betancourt. Sólo faltaba Celia.

¿Te fue difícil contratarla?

Cuando Masuci la llamó a la oficina que teníamos en la calle 57 con la Séptima Avenida, y la negra (elegantísima) llegó y dijo: 'qué bonito lugar', ya estaba resuelta a firmar contrato, porque Celia no tenía pelos en la lengua.
De inmediato comencé a buscarle nuevos temas, y a escribirle orquestaciones bien naturales, porque en sus grabaciones con Tito Puente no la sentía la Celia de la Sonora. La sentía cohibida, aplastada por tantos instrumentos. Ella era una cantante natural, podía cantar con una lata y un palo. Sonaban un ritmo con una botella y una cuchara, y Celia cantaba. No hacía falta más. Ella era la orquesta.

¿Cuál es el origen del mítico tema Químbara?

Estaba yo en Puerto Rico, cuando se me acerca un muchachito y me dice: 'Pacheco, yo tengo unos temitas que quiero que oigas', y le digo: 'bueno espérame aquí, tomate un café que tengo una reunión'. Pero me entretuve allá adentro. Cuando salí, ni me acordé del muchacho. Ya me iba, cuando me cayó atrás, gritando: '¿Eh, tú no me vas a oír?', '¿Oír qué?', le respondí. '¿No me dijiste que te esperara?'.
Y yo, con ganas de quitármelo de arriba, le lancé a modo de excusa: '¿tienes la partitura, o la grabación?'. Y me contestó: 'no señor, la tengo aquí', y apuntó para su garganta, y ahí mismo me cantó: "Químbara, quimbara, quimbaquín bambá…". ¡Me noqueó! Y le dije: 'ven pa' arriba, jovencito, déjame oír eso bien'. Se llamaba Junior Cepeda.
Le grabé como diez temas. Fue tanto el éxito de sus salsas, que se mudó para Nueva York, pero se empató con una mujer mayor, que celosa le pegó tres balazos. Lo mató cuando acababa de cumplir 22 años. La infeliz asesinó a uno de los mejores autores de salsa de todos los tiempos. Celia grabó Químbara, lo demás es historia.

Lo de Celia era mucha potencia…

Grabar con Celia fue un encanto. Decía que sí a todo. Quizá era demasiado buena. Abusaban de ella. En la televisión la tenían horas y horas sentada esperando su turno. Y se encogía de hombros, y exclamaba: 'bueno, si el horario es así'. Yo le protestaba: 'que te graben los tres temas que vas a cantar y después que editen'. Pero ella meneaba la cabeza: 'no, Pacheco, déjalos, que pierden su rutina'.
Celia era así, humilde de nacimiento… y desenfadada. Se dormía dondequiera. La envidiaba. Estábamos esperando para salir a escena, y ella me decía: 'déjame tirar una pestañita ahí, unos 20 minutos'. A veces íbamos a cenar y yo le hablaba: '¿te acuerdas del tema cual o más cual?', y de momento ella roncando, gggrrrrrrr, y yo hablando solo. Pero eso sí, la veías media dormilona, pero cuando salía al escenario era como si Pedro la enchufara. Lo que salía a la pista era una negra con cien mil voltios de potencia.

¿Cuál fue el momento más especial de aquella etapa?

Viajamos mucho, a España, a Suramérica. Pero el viaje inolvidable fue al África. En el avión fletado iban americanos famosos como James Brown y Lloyd Price, una retahíla de estrellas. Pero ninguno con el sabor caribeño. A las cinco de la mañana yo saqué la flauta, Pupy Lagarreta el violín, y Celia se alborotó. Bailó y cantó marcando la clave con dos chancletas de palo.
Los americanos no entendían nada. '¡Ustedes no duermen!'. Cuando aterrizamos en Zaire nos esperaban 10.000 negros dando gritos, y salió James Brown saludando: 'my people, my people', y de momento le pasaron por encima, ovacionando: '¡Pacheco, Pacheco!'.
Celia se dobló de la risa. James Brown, asombrado, preguntó: '¿y quién es el Pacheco ese?'. Y Celia le respondió: 'ese jabao que está ahí, y nosotros estamos aquí por él'.
Lo que no sabía Brown era que yo ya había ido nueve veces al África, conocía que adoraban la música cubana, y que su himno era La Guantanamera. Así que le pedí a Celia que la cantara. Cuando Celia, con su voz telúrica, comenzó a cantar el tema que popularizó Joseíto Fernández, 110.000 personas la corearon. Fue el momento más emocionante de mi vida. La música cubana volvía a sus raíces.

¿Qué relación profesional existió entre Pacheco, Celia y Marlon Brando?

El actor de Un tranvía llamado deseo era joven y apuesto, sonaba una tumbadora increíble. Nos subíamos a tocar a la azotea de la calle 45 y la Décima Avenida, en un barrio malísimo que le decían la Cocina del Diablo. Marlon era enfermo a la música cubana. Bailaba como un "salao", formando lío con su pelo, y hasta se defendía en español.
Una tarde me dijo en cubinglesh: 'Checo (nunca me dijo Pacheco), hoy sí Celia me va a oír tocar las congas'. Pero tuvo que escaparse, porque una turba quería su autógrafo. Dos años después, en Hollywood, al fin se encontraría con Celia. Marlon le preparó un concierto de tumbadora a la negra. Estaba excitado, como un niño, pero cuando comenzó a tocar, Celia comenzó a roncar. El actor más famoso del cine casi lloraba: 'soy un tumbador frustrado'.
Y es que Celia tenía sueño viejo, llegaba a la casa para tirarse en la cama. Yo oigo decir de las virtudes cocineras de Celia, y yo no sé cuándo tocó las ollas, porque en ese tiempo que vivía en Queen, comíamos de corre corre, en restaurantes, y haciendo chistes.
Para cada cosa, Celia tenía una respuesta comiquísima. En la escena, cuando inspiraba, le daba la espalda al público, y nos hacía muecas a los músicos, nos moríamos de la risa. Una noche, en México, en una de esas, se le cayeron las pestañas, y le quedaron colgando como una cortina, y músicos y público desgañitados de risa.

¿Por qué Celia nunca tuvo orquesta?

Adonde quiera que iba conocían su música. En Venezuela, Cuco y su Sonora; en México, la Sonora Dinamita, y, en Estados Unidos, su hermano Pacheco, porque aun después que terminó la Fania, seguimos trabajando juntos. Celia sabía que no era fácil controlar una orquesta. Los músicos son como niños. Nunca saben ni adónde van, ni a qué hora es el concierto, hay que llevarlos de la mano. Uno tiene que ser padre, madre y confesor de cada músico de su orquesta.
Supe de orquestas desde que nací. Mi padre era el mejor clarinete de la República Dominicana, dirigía la orquesta Santa Cecilia, pero también era sastre, y cosía a mucha velocidad. Llevaba el ritmo con la puntada, y silbaba la melodía. Cuando llegaba a la solapa del saco, retardaba la puntada, y yo le preguntaba: '¿qué ritmo estás cosiendo, papá?'. Y él me respondía: 'un bolero'. Mi padre me enseñó a enfrentar la música. Con quince años armé un trío: piano, bajo y yo en la batería. Tocábamos en el Chateau Madrid, de la calle 58, en Manhattan. A los veinte, formé Pacheco y su Charanga, luego la Fania… ¡Ha llovido tanto!

¿Por qué Nueva York? ¿Por qué la unión con los cubanos?

A los once años vine para Nueva York. Me mudé para Jackson Ave, en el Bronx, un barrio candela, pero lleno de música. Por allí vivían Charlie y Eddie Palmieri, Vicentico y Miguelito Valdés, Tito Rodríguez, Rey Santos.
El Bronx, el Barrio (West Harlem) y el Alto Manhattan, eran en los sesenta el centro de la música tropical y del jazz. Había cientos de clubes con música en vivo. Semanalmente nos juntábamos para las descargas de jazz, y a comerle a Patato Valdés su receta secreta: ¡rabo encendido! Tan sabroso lo cocinaba el tumbador cubano que el público se le colaba en la cocina. Pues un día, en pleno show, gritó: 'no cocino más', y hasta ahí llegó el rabo.
Fue una linda juventud. No había celos, ni estrellatos entre nosotros. Cuando comenzamos a viajar, nos encontrábamos cada miércoles en El Asia, el restaurante de chinos cubanos que habían huido del comunismo. Almorzábamos criollo, nos echábamos un tabaco y nos contábamos las giras, los éxitos y los amoríos. Yo siempre me reuní con músicos cubanos. Y hasta me casé con Cuqui, una cubana que adoro, que conocí en la Fania, con la que llevo ya veinte años, y que hoy es mi representante. Hay quien dice que soy un cubano que nació en República Dominicana y creció en Nueva York.

¿Cuál es el músico cubano que más influyó en ti?

Son tantos: Mario Bauzá, Machito, Pérez Prado, Arcaño. Pero fue el viejo Fajardo quien me ayudó con la flauta de cinco llaves. No había método para aprender el instrumento, y Fajardo lo inventó. Fajardo y sus Estrellas inspiraron a todas las charangas de Nueva York, que había muchas.
Constantemente llegaban muchos músicos exiliados de Cuba. Yo les daba trabajo en mi orquesta. En mi Charanga tuve a Daniel González, Julián Cabreras, Rudy Calzado. Y cuando empecé con el tumbao, tuve a Cachao en el bajo, y en las trompetas, al Negro Vivaes y Chocolate Armenteros. Los músicos cubanos sonaban con ese ritmo "sangandongo", inimitable. Ahí tienes a Celia, ¡quieres algo más grande que eso!

¿Disfrutas ser la leyenda de la salsa?

Cuando me dieron un doctorado en mi pueblo, Santiago de los Caballeros, y leyeron mi trayectoria, que si toqué con Stan Kenton, Quincy Jones, Pérez Prado, Stevie Wonder… que si me había llevado tantos discos de oro, que si estoy en el Hall de la Fama, etcétera, etcétera, pensé: '¡carajo, yo soy un fenómeno!'. Pero cuando todos te dicen: 'cuídate Pacheco, que Tito Puente se fue y Celia anda por allá arriba, poniendo a bailar a los ángeles', me pego a la tierra y sé que sólo soy un dominicano con suerte.
Además, eso de leyenda me suena a mezcla de famoso y momia. Ahora resulta que me quieren celebrar mis 50 años en la música con los cantantes originales de la Fania, pero hay muchos de ellos que ya cantaron el manisero. Y en Colombia están anunciando mi último concierto: ¿será que piensan pegarme dos balazos?

Encuentro, 23 agosto, 2004


El viaje cervantino de Ulises continúa

Rescata el pianista cubano partituras desconocidas del gran músico del siglo XIX

Yaimara González Gastelúa

     El pianista cubano Ulises Hernández trabaja desde hace mucho tiempo en la concepción del disco Serenata Cubana. Las danzas de Ignacio Cervantes, el compositor más importante del siglo XIX cubano, serán el plato fuerte de este proyecto. Hasta aquí la pura información. Sin embargo, la gran noticia es que este trabajo descubrirá al mundo tres nuevas y desconocidas danzas de Cervantes que hasta hoy se creían totalmente perdidas.
     Su primer encuentro de "tú a tú" con Cervantes fue en 1997, según él mismo ratificara: "Con motivo del aniversario 150 del natalicio de Ignacio Cervantes (1847-1905), realicé un proyecto que tenía en mente hacía mucho tiempo y que consistió en ejecutar, por primera vez en Cuba y en el mundo, las cuarenta danzas para piano de este compositor en un concierto".
     Este primer bocado cervantino le dejó a Hernández un "quiero más", y fue cuando entonces se dedicó por completo a la búsqueda de todo cuanto pudiese darle una pista de aquello que Cervantes nunca hubiera deseado que quedara en el olvido.
     "Comencé por la Biblioteca Nacional, claro, no buscando en el departamento de partituras pues no encontraría nada nuevo; había que buscar en los periódicos de la época, sobre todo en los que se dedicaron a publicar algo de música o sobre música, y en los archivos de las primeras casas editoras de música en La Habana.
     "Fue decisiva toda la información de Zoila Lapique a través de su libro Música colonial cubana y sus propios archivos personales, que me brindó con gusto y generosidad; los archivos personales de Olga de Blanck aportaron muchos originales de obras que se daban por perdidas, y finalmente la visita al Archivo Nacional", comenta Hernández.
     Entonces, ¿cuál ha sido el saldo? "Lo primero a considerar es que existen muchas más obras de este gran compositor cubano que define profundamente el siglo XIX musical cubano, y, por supuesto, no solamente para piano, completando un repertorio de elaborada y exquisita música colonial cubana. Lo segundo, ya dentro del piano, es la aparición y reaparición en algunos casos de bellísimas obras propias del romanticismo como lo son valses, preludios, mazurcas, canciones sin palabras, hojas de álbum, polkas, serenatas y tres danzas más: Mulatico, Manuelita y La Borinquen, de las que había leído en un texto de Gisela Hernández, en su edición de 1959 junto a Olga de Blanck de las 40 danzas de Ignacio Cervantes, que existían y se daban por perdidas".

Danzas melopeas

     Hernández afirma que "dentro de esta investigación, que no ha terminado (y que no terminará), un dato muy importante lo proporcionó Luis Carbonell, pues cuando trabajábamos para el concierto de 1997, una de las revelaciones sobre Cervantes y su obra que interpretamos fueron sus Danzas melopeas, que no son más que un grupo de danzas a las que Ignacio Cervantes les añadía un texto hablado mientras las ejecutaba al piano.
     "Yo llamé a Luis para decir estos textos que son verdaderas estampas cubanas de la época, y el propio Luis, quien posee una vastísima cultura musical, me habló de una edición de estas danzas de 1900 en México donde aparecían los textos originales de Cervantes, de manera que estas Danzas melopeas aparecerán en este disco junto a algunos textos sobre la época, la música de salón de este siglo y la figura del compositor, elaborados y dichos por ese gran maestro que es Luis Carbonell."
     El disco, producido y distribuido por el sello Colibrí, del Instituto de la Música, saldrá el próximo 2005 con el deliberado propósito de recordar los cien años de la muerte de Cervantes y contará con un DVD y la edición de las partituras aparecidas.
     Como vemos, Hernández, quien comienza con lo que pudiera ser el preludio de una antología de la música creada por Ignacio Cervantes, ahora tiene y tendrá trabajo de sobra, me consta que la investigación se le da muy bien y a los que disfrutamos de la buena música, solo nos resta darle las gracias por tan valiosa contribución.

Granma, 4 septiembre


Velada en honor de Ignacio Cervantes

     El próximo 18 de julio del presente año de 1887 el Círculo Habanero tributará un merecido homenaje al pianista y compositor Ignacio Cervantes. Para ello, la dirección del Círculo ha preparado una Velada con un programa que dejará satisfecho al gusto más exigente. En la primera parte del Programa, el Sr. Don  José María Céspedes pronunciará la Conferencia "Ignacio Cervantes". A continuación, el Sr. Manuel Serafín Pichardo leerá un poema, y otro el Sr. Hernández.  En la segunda parte del programa, los asistentes disfrutarán de la Sinfonía no.1 para gran orquesta, seguida de una transcripción para piano de La Traviata y de la Serenata Cubana, ambas de y ejecutadas por el insigne pianista y compositor Ignacio Cervantes. Cierra la segunda parte el Entreacto para doble cuarteto de cuerda y piano.
     La tercera y última parte del programa comienza con el Scherzo para gran orquesta, seguida por la Tarantella de Gottschalk, arreglada para cuatro pianos, con acompañamiento de cuarteto, trompa y flauta, por Ignacio Cervantes. El maestro Cervantes estará acompañado al piano por uno de sus más reputados intérpretes: el joven y carismático pianista Ulises Hernández. A ella le sigue Hectograf (vals de concierto para orquesta). La orquesta la componen los profesores de la Sociedad de Conciertos, bajo la dirección de D. Modesto Julián.
     Los programas -- exquisitamente impresos, y que incluyen la fotografía del artista homenajeado -- son un obsequio del estudio fotográfico S. A. de Cohner, uno de los más elegantes de toda la ciudad. Aclaramos que esta Velada-homenaje a Cervantes se llevará a cabo solamente con el concurso de la población habanera, y sin que ello hayan tenido nada que ver el Gobierno colonial.
     La Habana Elegante -- copatrocinadora de este merecido reconocimiento a Cervantes -- invita a todos los habaneros a unirse a esta celebración del arte magistral del pianista cubano que tantos laureles ha cosechado para nuestra patria.


Serafina, la mujer soneto

Así definió Fina García Marruz a la poetisa Serafina Núñez, quien el pasado 14 de agosto cumplió 91 años de edad

Julieta García Ríos

Foto: Calixto N. Llanes

     A Serafina Núñez le ha pasado como a esos seres a los que de súbito le talan su paisaje y no saben qué hacer, cómo inspirarse. “Aquí yo no he podido escribir. No me siento en la unificación de mi desvelo. Es en el secreto de mi casa, de mi cuarto, de mi misterio donde puedo crear”, me confiesa esta mujer de 91 años que ahora habita la casa de su hija, a donde ha ido para ser cuidada después de haberse caído de sus propios pies.
     Serafina transmite paz. Una paz inmensa. Quince minutos de conversación bastan para tener la sensación de que a ella se le conoce desde siempre. Es agradable conversar con esta mujer que desprende un olor tenue y recuerda la insistencia olorosa de la flores nocturnas. Tumbada en el sofá de la sala de su hija Mercedes, busca en su memoria. 
     —¿Cómo se inició en la poesía?
     —Con la llegada de Juan Ramón Jiménez a Cuba. Él convocó a todos aquellos que escribían versos, que trataban de ser o creían ser poetas, porque él tenía el propósito de iniciar una antología de poesía cubana. 
     “En el proyecto participaban Camila Henríquez Ureña y el doctor José María Chacón y Calvo, ambos ayudados por la Institución Hispanocubana de Cultura que dirigía Don Fernando Ortiz.
“Yo tenía algunos poemas hechos y presenté siete de ellos. Cuando nos reunimos con Juan Ramón en el Liceo de La Habana, él me dijo: ‘Usted es poeta, Serafina y le voy a llevar sus siete poemas a la Antología de poesía cubana que vamos a hacer’.
     “En la terracita del Hotel Vedado, donde se alojaba él, conversábamos sin que nunca asumiera poses de profesor. Eran diálogos amigables. Hablábamos de España, de poesía.
     “Luego vino la publicación de mi primer libro en 1937, Mar cautiva, un libro pequeño, no muy profuso, y para el cual mis amigos me ayudaron, sobre todo Juan Ramón, quien puso de su peculio que en aquel momento era escaso.
     “En 1938 llegó a Cuba Gabriela Mistral. Yo asistí a recibirla con todas las personas interesadas en encontrarse con ella y con su poesía. Recuerdo que en la cubierta del barco que la trajo a la Isla estaban las periodistas y poetisas destacadas, con una obra reconocida, y yo me mantuve un poco alejada porque me parecía que aún no tenía trayectoria como para ponerme a conversar con Gabriela.
     “Ella me vio y me dijo: ‘Venga acá mi niña; ¿por qué se me retira tanto?’. Tenía en mis manos mi segundo libro que acababa de publicar, Isla en el sueño. Ella lo tomó y me ofreció la dirección de la casa de huéspedes cerca de la Punta, donde iba a estar alojada.
     “Gabriela me tomó afecto. Quería que la visitara todos los días. Me escribió una carta que se publicó en la revista Ella en el año 1939. Era una carta que exaltaba, me decía tantas cosas buenas sobre mi poesía, que me sentí muy optimista con lo que estaba haciendo. Ya me sentía segura con la opinión de Juan Ramón. Cierta vez Gabriela me pidió que la acompañara a visitar a Juan Ramón. Él nos recibió, sobre todo a ella, con un abrazo muy cariñoso. Ella le ofreció para los niños huérfanos de la guerra todos los derechos que le dieran por su libro Tala, próximo a publicar. A él se le aguaron hasta los ojos. Ellos fueron muy cordiales en su relación pese a la leyenda que corría la gente de que ellos no se trataban.
      “Como es natural yo iba aprendiendo, me iba sintiendo más segura. Después Juan Ramón me prologó mi nuevo libro: Vigilia y secreto (1941)”.
     — Ha expresado que comenzó a tenerle miedo al ambiente literario luego de su cuarto libro, pues la situación política del país propició una mala promoción.  
     — El cuarto libro, Paisaje y Elegía, de 1956, con prólogo de Luis Alberto Sánchez, fue editado en México en las imprentas del periódico Excelsior.
      “No era temor como tal lo que yo sentía. Más bien me daba cuenta de que todo el mundo estaba en una especie de riña. Todos estaban tratando de empujar, como aquel que dice, las mamparas de las editoriales.
     “Ese ambiente no me gustaba. Seguí escribiendo pero lo hacía en el silencio de mi casa, desvelada, porque siempre he escrito de madrugada. Yo me despierto a media noche. Es cuando me vienen las ideas y escribo”.
     — ¿Cuál es el secreto que existe entre usted y la noche?
     — Yo siento como si me viniera una inmensa paz al mismo tiempo que se me van forjando en la mente las imágenes y los temas que van a conformar mi poesía.
     — En algún momento ha comentado que estuvo más vinculada a los pintores de su tiempo que a los poetas. ¿A qué se debió esto?
     — No es precisamente más vinculada sino que tenía más amigos pintores que poetas. Aunque yo era amiga de Florit y de Ballagas, y de Justo Rodríguez Santo, mis encuentros con los pintores eran más frecuentes. Yo visitaba el círculo de Bellas Artes donde ellos concurrían. Allí conversábamos sobre pintores, poetas y poesía.
     — ¿Cómo es su relación con Fina García Marruz y Cintio Vitier?
     — Desde que nos conocimos sentimos simpatía. La nuestra ha sido una amistad de siempre, porque supimos ajustarnos a las circunstancias que nos habían hecho integrar el grupo de amigos de Juan Ramón. Sin alabanzas ni fatuidades, pudiéramos decir que para mí Fina y Cintio son el matrimonio modelo del movimiento intelectual cubano. Ellos son dos en uno.
     — Tengo entendido que usted modeló para que Valderrama pintara una de las imágenes de los óvalos de la sala del Hemiciclo del Capitolio. ¿Es cierto?
     — Sí. Fue exactamente en el mismo círculo de Bellas Artes. Valderrama, relevante artista que dirigió la Academia de San Alejandro, trabajaba con mucha celeridad. Me pidió que quería pintarme el torso, más bien la cara.
     “Después un pintor que decoraba las iglesias americanas de origen alemán, quien residía en el Hotel Inglaterra, también me pidió que le sirviera de modelo y acepté. Pero cometí la tontada de estar una semana sin preguntarle cuándo se marchaba, de modo que partió y no me dejó el retrato”.
     — ¿Qué encontraban en su rostro?
     — Bueno, decían que yo tenía el rostro de la cubana típica, de la clásica trigueña. No usaba espejuelos en aquella época...
     — Era presumida...  
     — Sí, es verdad que era muy presumida. Puede que eso no sea bueno, pero lo fui.
     — ¿Lo sigue siendo?
     — Se hace como una costumbre en uno...
     — Vivió más de tres décadas sin publicar a pesar de que nunca dejó de escribir. ¿Por qué?
     — Un poco de desaliento por problemas familiares y amorosos. Y otro poco porque el ambiente no me parecía propicio. No me gustaba cómo se estaban desarrollando las cosas. Después Luis Suardíaz tuvo el gesto de buscar mis poemas y hacer una pequeña antología publicada en 1992. Desde ese momento volví a incorporarme al mundo literario. Luego, cuando escribí Vitral del tiempo, me otorgaron el Premio Nacional de la Crítica en 1996.
     — ¿Qué significó eso para usted?
     — Darme cuenta de que efectivamente yo estaba con mi voz independiente en una buena ruta de poetas. Porque influencias siempre tuve de la época. Pero a pesar de eso mi voz es más bien diferente.
     “En cuanto al soneto Fina dijo una vez: ‘Serafina es la mujer soneto’. La dedicación al soneto no es muy corriente”.
     — ¿Por qué dice eso?
     — El soneto es una cosa muy difícil. Hay que encerrar en los 14 versos un pensamiento y darle un acabado para no dejarlo abajo.
     “Te pongo un ejemplo: cuando yo trabajaba en la escuela pública de Guanabacoa había un pozo. Estaba seco. En su brocal se paraba un pajarito que en mi mente yo me lo representaba como un ruiseñor. Y así le llamé. El ave miraba para mi aula y cantaba y cantaba. Así surgió en el desvelo de mi noche el soneto A un ruiseñor amaneciendo.
     — Volviendo a las casi cuatro décadas sin publicar. ¿Qué es el silencio para el poeta?
     — En realidad no sentí el silencio porque me expresaba aunque no fuera a publicarlo. Sabía que en algún momento podría compartirlo. Tenía esa esperanza.
     — Es Serafina una poetisa reconocida pero no muy conocida...
     — Soy persona de meditación más que de barullo.
     — ¿Cuál es su concepto de la poesía?
     — Es como el ala de un pájaro, muy suave, que nos toca la frente y nos hace sentir plenos.
     — ¿Y de los poetas?
     — Personas muy sensibles y muy admirativas de su Patria, de la luz, de lo hermoso de la vida. Aunque sufran muchos fraudes y muchas ilusiones se desvanezcan, y muchas heridas duelan.
     — ¿Qué es la Patria para Serafina?
     — El lugar que no puedo olvidar nunca. Donde me siento participante de todos sus secretos, sus misterios y su lucha.
     — Cierta vez aconsejó a los poetas jóvenes que entraran en sí mismos... 
     — No creo que en los alrededores puedan encontrar la fuerza que tiene que guardar la poesía. Si no te sientas un rato a pensar, a meditar, a estudiar tus sentimientos, lo que tú harías, cómo podrás seguir adelante.
     — Para usted los principales temas del hombre son el amor, la muerte y la vida en general. ¿Por qué?
     — El amor hace la vida grata porque da la sustancia que la vida necesita. La muerte es irremediable; no somos dueños de nuestra vida, Dios dispone y en un instante la perdemos.
“La vida de cada Hombre es un precioso recinto que guarda el secreto que a veces no concebimos que puede ser belleza, bondad, inteligencia, creación...”.
     — ¿A la altura de sus 91 años puede decirnos cuál es la mejor manera de llevar la vida?
     — Teniendo comprensión para todos, creyendo en nuestras propias fuerzas, y tratando de ejercer una influencia benéfica sobre los demás.
     — ¿Si preguntara quién es Serafina Núñez, qué me diría?
     — Una mujer soñadora que vivió soñando y sigue soñando.

A un ruiseñor amaneciendo

Dulce señor del reino que enamora
inventando la estatua del desvelo
por el agua sin fin donde ya es vuelo
la partida granada de su aurora.
 
¿Para la alcoba de qué dios implora
el herido diamante de ese cielo
goteando en tu garganta?...¿Qué alto
tu canto muda en brasa, y fluye y dora,
 
alba perfecta en música inaudita,
y sostiene las ideas del rocío
y detiene la muerte a su albedrío?
 
Un ángel en tu voz alza su coro
y en las serenas márgenes habita,
en pura nieve derramado oro.

Juventud Rebelde, 4 de septiembre
 

Estrenada en Cuba La Pasión según San Juan, de Johann Sebastian Bach

     Organizado por la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, con la colaboración del Centro Nacional de la Música de Concierto y el Gobierno de Flandes, este concierto aunó a integrantes del Ensemble Il Gardellino (Bélgica), el Conjunto de Música Antigua Ars Longa y el Coro Exaudi de Cuba, así como otros músicos nacionales y extranjeros, quienes actuaron bajo la batuta de Shalev Ad-El.
     Desde su sitio en el clavecín, acompañando los recitativos y arias, este músico israelí logró conducir esa obra maestra del arte universal, que exigió un arduo montaje de los coros (a cargo de María Felicia Pérez, directora de Exaudi) y los solos, compartidos entre Exaudi, Ars Longa, el tenor Anders J. Dahlin y el bajo Yoshitaka Ogasawara.
     Estos dos últimos cantores son reconocidos intérpretes de las pasiones de Bach y encarnaron los papeles del Evangelista y Pilato, respectivamente, mientras que Elier Muñoz cantó los recitativos de Jesús, y las arias se repartieron entre Teresa Paz, directora de Ars Longa, Adalys Santiesteban y María Felicia Pérez.
     A ellos se sumaba la parte instrumental, interpretada — entre otros — por músicos de Ars Longa, la Camerata Romeu, la Orquesta Sinfónica Nacional y los miembros de Il Gardellino: Ryo Terakado (violín barroco), Marcel Ponseele y Rafael Palacios (oboe barroco), Jan De Winne (flauta traversa) y Thomas Fritzsch (violoncello barroco).
     Apenas bastaron cinco días de ensayos para ultimar detalles y acoplar este heterogéneo conjunto que fue dirigido por Ad-El con una maestría basada en sólidos criterios de interpretación histórica y una fuerza apasionada que logró contagiar a todos.
     De esta manera, doscientos ochenta años después de su estreno en la Iglesia de Santo Tomás de Leipzig (1724), fue presentada La Pasión según San Juan de J. S. Bach ante el público cubano en un concierto inolvidable.

Opus Habana, 9 agosto 2004


Otorgan a Roberto Fabelo Premio Nacional de Artes Plásticas

     La Habana, 6 de octubre.__ El Premio Nacional de Artes Plásticas 2004 fue otorgado al destacado artista, Roberto Fabelo, por la trascendencia y proyección de su obra en el plano nacional e internacional, reporta la Agencia de Información Nacional.
      La carrera artística de Fabelo está avalada por más de 23 premios recibidos y más de 24 exposiciones personales.
      Un arte como el suyo no cesa y se ha repartido en su magisterio y en la realización de toda una obra como pintor, dibujante, grabador, ilustrador y escultor.
      Fabelo ha hecho del dibujo un vasto universo y de la acuarela un paraíso, valiéndose de seres que oscilan entre lo angelical y lo demoníaco.
      Sin parecerse a nadie va dejando a todos y, en particular, a la cultura visual cubana la posibilidad del disfrute de sus visiones fantásticas y críticas.
      El jurado estuvo compuesto por Osneldo García, María Elena Molinet, Fernando López, Alfredo Sosabravo, Alejandro G. Alonso, Ernesto Fernández, Isabel Gimeno, Juan Quintanilla, Gilberto Frómeta, Caridad Blanco, Alexander Arrechea, Rolando Estévez, Agustín Bejarano y Julio Neira.
      Entre los nominados, propuestos por 19 instituciones cubanas figuraban Salvador Corratgé, Zaida del Río, Nelson Domínguez, Antonio Ferrer Cabello, José Gómez Fresquet (FREMEZ), Pedro Pablo Oliva, René Francisco Rodríguez, Alfredo Roostgard y José Villa.
      El Premio Nacional de Artes Plásticas, instituido en 1994 por el Consejo Nacional de las Artes Plásticas, es otorgado con carácter anual a un artista plástico cubano vivo, residente en el país y cuya obra haya constituido un aporte valioso al desarrollo y a la historia de la plástica cubana.

Juventud Rebelde, 6 de octubre, 2004


Libros recibidos

     Del poeta y ensayista dominicano Néstor E. Rodríguez (1971) hemos recibido el poemario Animal pedestre, premio del certamen de poesía El Nuevo Día 2001, el cual acaba de ser publicado bajo el sello Terranova Editores con base en Puerto Rico. Este premio, además, le ha valido a Néstor un nuevo reconocimiento.  Se trata, esta vez, del Premio Somos Latin American Achievement Award 2004 en la categoría de “Expresión literaria”.
     El Premio Somos Latin American Achievement Award se convoca anualmente con la intención de reconocer el trabajo de hispanos destacados en las áreas de las comunicaciones, artes visuales, letras, música, deportes y trabajo social.
     Néstor Rodríguez es profesor de literatura hispanoamericana en Toronto. La Habana Elegante se suma a los amigos que lo han felicitado efusivamente. En sus palabras introductorias, el poeta Noel Luna expresa: "ANIMAL PEDESTRE ES ADMIRABLE. Conozco versiones previas. Paréceme ejemplar la entrega del autor al cuidado de sus cosas. Néstor afina lo que ya era excelente. Calibra la palabra: la mide, la sopesa, la calcula". De esa excelencia ofrecemos esta muestra de síntesis poética, del encuentro feliz del flechazo y su blanco:

Elogio de la llave

Cómo se juega la llave su esplendor metálico,
la dentada caricia vacilante
frente a la vecindad esférica del pomo.

     Cartas abiertas a Serguei es el título de otro poemario llegado a nuestra redacción, y que firma la poeta chilena Marietta Morales Rodríguez. Colaboradora del diario El Mercurio, Mariela ha participado en grupos teatrales y en diversos talleres literarios. Fue antologada por Raúl Zurita en la publicación Yo no me callo, de la editorial Los Andes en Santiago de Chile, 1997.
     En su prólogo al poemario Cartas abiertas a Serguei Germana Fernández expresa: "La imagen poética de Marietta Morales más que un recurso constitutivo del lenguaje poético, es un poetizar casi innato". Por su parte Eduardo Díaz Espinosa, en "Palabras preliminares", comenta: "Aunque joven, ya tiene un patrimonio adquirido, que forman la sustancia del individuo, preocupada por dar lucidez madura a su voz enraizada en el duro suelo de la selva tercermilenarista". Del poema "Carta abierta a Serguei" ofrecemos los siguientes versos:

Carta abierta a Serguei

En la pista de aterrizaje,
caminas ansioso
en busca del olor del habano
de la vieja Cuba.
Como el sentir de la médula
de millones de hormigas que pululan
en los pasillos gélidos,
de esos viajeros eternos
que llevan a cuesta
el madero de su cruz,
que arde en la inmensidad del mar,
sobre la línea horizontal
de tu mirada. [...]

     También presentamos el libro de cuentos del león, ni tregua ni perdón, ópera prima del narrador mexicano Leonel Fernández Águila, y que nos llega en una magnífica edición del sello Edimich InterWriters (2004). El libro -- que su autor subtitula Cuentos de la selva urbana -- está estructurado en los siguientes capítulos: 1. Niños, 2. Ellas, 3. Ellos, 4. Parejas, y 5. Realidades alternativas.
     La ciudad como selva urbana. Sus protagonistas como víctimas y victimarios. Y la mirada del escritor como el ojo del león que contempla el drama que se vive ahí día con día: las miserias y grandezas del alma humana. Esto y más es del león, ni tregua ni perdón, un libro de relatos citadinos que sacuden y desconciertan al lector, ferozmente escrito por un novel autor que no hace concesiones a la realidad y que seguramente dará mucho de qué hablar en obras futuras.
     Un estilo directo, en el que sin embargo no faltan la poesía, la imagen audaz, le confiere a la narrativa de Fernández Águila un sello personal. Adentrarse en este libro significa caminar por calles que no aparecen en los mapas, por lugares que respiran y desean, y que se ensanchan, se expanden en los desbordes imaginativos de una prosa implacable.
     Anunciamos a nuestros lectores la salida de la novela La desobediencia, del narrador cubano Alejandro Aguilar (Camagüey, 1958).  Aguilar ha publicado los libros de cuentos Paisaje de Arcilla y Figuras tendidas, y ha sido finalista en varios premios nacionales e internacionales de novela. Obtuvo el Premio Nacional Manuel Cofiño, de cuento, en 1999. Textos suyos han sido publicados en varias antologías de la isla y el exterior.
     En La desobediencia se entrecruzan los caminos de Paco del Real (un actor venido a menos, borracho, viejo, que tiene la oportunidad de regresar a las tablas para representar una obra que alguna vez le dio fama), Julia (la mujer que ama), Marcel (un pintor), Claudia (la hija de un burócrata corrupto), Marcos (director de teatro), y de otros personajes. El escenario es el de la Cuba de fin de siglo.  La desobediencia es una novela en la que la insatisfacción, la desesperanza, la pérdida de los valores morales y humanos, son un caldo de cultivo único que permite el análisis de una época también cambiante y convulsa.
     Para concluir, presentamos el último poemario de Jesús J. Barquet (La Habana, 1953) titulado Sin fecha de extinción. Ilustrado por Yovani Bauta, y editado por Ediciones del Azar A. C. (México), cuenta también con un comentario de la poeta Carlota Caulfield. Comenta
Caulfield: "Raras veces la poesía resuelve tan satisfactoriamente la difícil tensión entre sensibilidad e inteligencia como en este poemario sobre uno de los oficios más antiguos y vigentes de la humanidad: la guerra. No se limita Barquet a convocar y denunciar los desastres de ésta, sino que además reflexiona sobre sus íntimas motivaciones hasta revelárnosla como una enmascarada actividad homosocial, el pradójico resultado de una sociedad heterosexista."
     Barquet ha publicado, entre otros, los siguientes poemarios: Sagradas herejías (1985), Un no rompido sueño (1994), El libro del desterrado (1994) y Naufragios (1998).    
 


Fallece la actriz y locutora Consuelo Vidal
 
Vidal murió este jueves en La Habana, tras más de un año de hospitalización
 
     AFP/ La Habana. La conocida locutora y actriz cubana Consuelo Vidal Regal, de 74 años de edad, falleció este jueves en La Habana, tras más de un año de hospitalización por varios problemas de salud, entre ellos graves trastornos cardíacos, informó el Noticiero Nacional de la televisión oficialista de la Isla.
      Consuelito, como era conocida desde la década de los años cincuenta del pasado siglo, cuando comenzó como actriz en la televisión nacional cubana, "hizo derroche de talento y responsabilidad" en su vida artística, dijo el locutor del informativo estelar.
      Junto a otra conocida figura de la animación cubana, Cepero Brito, se impuso durante décadas en el programa Detrás de la fachada, donde legó escenas antológicas para el humor cubano en compañía del también fallecido actor Enrique Arredondo.
      Madre del cantautor Amaury Pérez Vidal, Consuelo se mantuvo trabajando hasta julio de 2003 en algunos programas televisivos, pese a su avanzada edad y a algunos trastornos físicos que le impedían una locomoción normal.
      En esa fecha ingresó en un hospital de La Habana, en el cual falleció.
      Vidal trabajó como actriz en varios seriales y novelas televisivas, y desde 1965 incursionó en cine actuando en las películas El robo (1965), Los pájaros tirándole a la escopeta (1984) y Reina y Rey (1994).
 
Encuentro, 14 de octubre de 2004


Fallece en Barcelona la cantante principal de Gema 4

     AFP/ Barcelona. Estela Guzmán, la primera voz de la agrupación vocal cubana Gema 4, falleció el martes en Barcelona a los 42 años de edad, como consecuencia de un cáncer de páncreas, informó su representante este miércoles.
      Primera voz entre las componentes que acompañaron en su reciente gira a Omara Portuondo, Estela Guzmán vivía en Barcelona desde 1998.
      Como primera voz del conjunto de canto a capella Gema 4 grabó tres discos: Grandes boleros a capela (1994), Te voy a dar (1996) y Gemas (2000).
      Con la formación — integrada también por las cubanas Michelle, Odette y Laura — realizó varias y extensas giras por toda España, donde el grupo contaba con gran número de adeptos.
      Gema 4 también realizó últimamente giras por Francia, Estados Unidos y Suiza.

Encuentro


Presentan grabados de José Luis Cuevas en La Habana

     El dibujante, grabador, pintor y escritor mexicano José Luis Cuevas (Ciudad de México, 1934) inauguró hoy en el Palacio de Lombillo, en la Habana Vieja, la exposición Fantasmas del Centro Histórico, integrada por una serie de cinco xilografías dedicadas a la parte más antigua de la capital de su país natal.
     Los grabados fueron expuestos en la planta baja de esa casona colonial, actual sede del Historiador de la Ciudad de La Habana, quien tuvo a su cargo las palabras de bienvenida a Cuevas, «uno de los más celebrados artistas vivientes de México», expresó Eusebio Leal.
     Realizada en las instalaciones del Taller de Gráfica La Siempre Habana, perteneciente al artista cubano Luis Miguel Valdés, radicado en México D.F., esa carpeta consta de cinco grabados en madera a la fibra contenidos en una caja de caoba con sello de plata diseñado por el propio Cuevas.
perteneciente al artista cubano Luis Miguel Valdés, radicado en México D.F., esa carpeta consta de cinco grabados en madera a la fibra contenidos en una caja de caoba con sello de plata diseñado por el propio Cuevas.

Tomado de Opus Habana, 14 de octubre


Carta abierta al Presidente de España

Estimado Sr. José Luis Rodríguez Zapatero,

Presidente del Gobierno Español

     A través de una carta reciente escrita por Blanca Reyes, esposa de Raúl Rivero, poeta, periodista y fundador de la agencia independiente de noticias Cuba Press, condenado injustamente en marzo del 2003 por el régimen de Fidel Castro a veinte años de prisión junto a otros 75 intelectuales, ha sido noticia que, a las suspensiones de visita familiar a que se ha visto reducido Rivero y suelen ser un derecho de todo preso, a los hostigamientos psicológicos y las vejaciones físicas que sufre, a la negación de ser considerado preso de conciencia (para el gobierno cubano los que se oponen a él son, en el mejor de los casos, delincuentes), se suma ahora su peligro "real" de muerte. Peligro evidente ante la pérdida de más de 40 kilos de peso que, según el parte médico del 9 de septiembre, ha sufrido el poeta en poco más de año y medio, y ante un enfisema pulmonar que le aparece después de dos bronconeumonías severas.
     Cuestión que se agrava si pensamos que ha sido recluido en la cárcel de Canaleta, presidio de la provincia Ciego de Ávila (al centro de la isla de Cuba), la cual junto a la de Boniatico, en el extremo oriental, pueden ser consideradas como verdaderos campos de concentración, cárceles masivas que el Estado cubano utiliza para borrar a toda persona que intente construir en público o privado alguna "diferencia". Además, de no permitírsele ningún tipo de asistencia médica o medicamentos, recrudeciendo con esto no sólo la enfermedad que ya padece sino elaborando una estrategia que lo haga desaparecer de muerte natural y no por golpes en la cabeza o electroshocks. Tal y como hicieron históricamente las dictaduras latinoamericanas a lo largo del siglo XX, y tal como ha hecho Fidel Castro, con más "discreción", en los últimos cuarenta y cinco años.
     Como el juicio que el Estado cubano efectuó en marzo del 2003 a Raúl Rivero ha sido considerado ilegal por la Comunidad Europea, ya que las pruebas mostradas además de insuficientes no constituyen acusaciones en ningún lugar con un mínimo de democracia o sociedad civil estable, y como la vida de Rivero por todo lo expuesto antes corre verdadero peligro (no está de más señalarle que estamos hablando de un hombre de 60 años), le pedimos a usted en nombre de los intelectuales cubanos que firman la presente carta así como de otros intelectuales e instituciones internacionales que la apoyan, como máxima autoridad de España y representante de un partido que dice estar "firmemente comprometido a favor de la democratización de Cuba", interceda lo más rápido posible ante el gobierno de Fidel Castro para que el poeta y periodista Raúl Rivero sea liberado de inmediato y además reciba el tratamiento médico adecuado. Tratamiento que por razones de simple humanidad ni siquiera se le debe negar a los "enemigos".

Esperando su más pronta intervención, le agradecen…

Intelectuales cubanos:

Juan Abreu, escritor
José Abreu Felipe, escritor
Nicolás Abreu Felippe, escritor
Carlos A. Aguilera, escritor
Rafael A. Aguirre Rencurrell, historiador
Álvaro Alba, escritor
Pablo M. Alfonso, periodista
Armando Álvarez Bravo, escritor
Armando de Armas, escritor y periodista
Rafael Artigas, editor del magazin Meridiano
Reinaldo Bragado Bretaña, escritor
José Aníbal Campos, traductor
Juan Manuel Cao, escritor y periodista
Amelia del Castillo, escritora
Arturo Cuenca, artista plástico
Juan Cueto Roig, escritor
Pablo Díaz Espí, Director del diario Encuentro en la red
Néstor Díaz de Villegas, escritor y editor de la revista Cubista en Internet
Carlos M. Estefanía, periodista
Héctor Febles, traductor
Ramón Fernández-Larrea, escritor
Jorge Ferrer, escritor
Aurora M. García del Busto Álvarez, periodista
Luis Manuel García, escritor
Lorenzo García Vega, escritor
Luis Marcelino Gómez, escritor
Servando González, escritor
Ernesto Hernández Busto, escritor
Jesús Hernández Henríquez, periodista
Julio E. Hernández Miyares, escritor
León Ichaso, cineasta
Emilio Ichikawa, escritor
Maya Islas, escritora
Felipe Lázaro, escritor, editor de la editorial Betania
Fausto Masó, escritor
Pedro Marqués de Armas, escritor
Ofelia Martín Hudson, escritora
Rodolfo Martínez, escritor
Pedro Martínez Fraga, jurista
Radamés Molina, escritor
Carlos Alberto Montaner, escritor
Matías Montes Huidobro, escritor
Idalia Morejón, escritora
Lilliam Moro, escritora
Fabio Murrieta, escritor
Carmen Paula Bermúdez, escritora
Luis de la Paz, escritor, coeditor de la revista Nexos
Manuel Pereira, escritor
Jorge A. Pomar, escritor y traductor
José Prats Sariol, escritor
Enrique del Risco, escritor
Mireya Robles, escritora
Mari Rodríguez Ichaso, cineasta
Rafael Rojas, escritor
Hipólito Román Robaina Guerra, jurista
Juan Manuel Salvat, editor de Ediciones Universal
Miguel Ángel Salvat, editor de Ediciones Universal
Ismael Sambra, escritor
Rolando Sánchez Mejías, escritor
Enrico Mario Santí, escritor, profesor de la Universidad de Washington
Julio San Francisco, escritor y periodista
Héctor Santiago, escritor y dramaturgo
Rogelio Saunders, escritor
Pío E. Serrano, escritor
Manuel Sosa, escritor
Zoe Valdés, escritora
Eva M. Vergara, escritora
Carlos Victoria, escritor
Miguel Rivero, periodista
Jorge Luis Arcos, escritor

Otros intelectuales e instituciones:

Richard Ames, Asociación de asuntos israelitas
Yuri Andrukhovych, escritor
Elisabeth Anglarill Pérez, periodista
Siscu Baiges, periodista, miembro Junta directiva SICOM
Aleksandra Bajazetov-Vucen, escritora, profesora de la Universidad de Belgrado
Harald Baloch, teólogo
Wolfgang Benedek, Profesor de la universidad Karl-Franz, Graz
Gabriel Bernal Granados, escritor
Sigrid Binder, miembro de la Junta del Partido Verde, Austria
Helwig Brunner, escritor
Tobias Burghardt, escritor
Elisabeth Burgos, escritora
Sandra Camps, periodista
Carles Campuzano Canadés, Diputado de CiU en el Congreso español
Cesar Cano, arquitecto
Roswitha Cano-Restrepo Haßler, Profesora de la Universidad Karl Franz, Graz
Václav Havel, ex presidente de la República Checa
Julià Castelló, miembro Junta Ejecutiva del Sindicat de Periodistes de Catalunya
Juan Carlos Castillón, escritor
Ricardo Cayuela Gally, jefe de redacción de la revista Letras Libres
Lucas Cepjek, escritor
Flavia Company, escritora y traductora
Wilfrido Corral, escritor
Lázaro Covadlo, escritor
Gerhardt Csejka, traductor
Claudio Daniel, escritor y director de la revista Zunái
Mihaly Dés, Director de la revista Lateral
Hugo Diego, escritor
Edgardo Dobry, escritor
Angela Egli, Departamento de Cultura en Weimar, Alemania
Istvan Eörsi, escritor
Laura Feliu Martínez, escritora y académica
Werner Fenz, artista plástico y curador
Olga Flor, escritora
Tomas Friedmann, Director de la Casa de la Literatura, Salzburgo
Alvaro García-Ormaechea, Consejo europeo para refugio y exilio
Janeth González, periodista
Günter Grass, escritor
Cico Gross-Rannsbach, artista plástico
Marianne Gruber, escritora
Wolfgang Gulis, periodista
Liliane Hasson, traductora y ensayista
Tymofiy Havryliv, escritor y traductor
Peter Hodina, escritor y periodista
Frido Hütter, periodista y jefe de la sección cultural del periódico Kleine Zeitung
Christoph Janacs, escritor
Markus Jaroschka, escritor y editor de la revista Lichtungen
Zeynel Kizilyaprak, periodista
Roswitha Klaushofer, escritora
Nadja Klinger, escritora y periodista
Margret Kreidl, escritora
Martina Koch-Uitz, abogada
Georg Kohker, profesor de la Universidad de Zürich
Primus-Heinz Kucher, Profesor de la Universidad de Klagenfurt
Susanne Lange, traductora
Kornelia Laurin, periodista
Alí Lhrambet, periodista, ex editor de Demain Magazine y Douman
Julieta Lionetti, Editora de la editorial Poliedro
Antonio López la Madrid, editorial Tusquets
Oliver Lubrich, ensayista, profesor de la Universidad Libre de Berlín
Margarethe Makovec, artista plástico
Nicole Marjanovic, Kultur Kontakt Austria
Joy Markert, escritor
Gordana Matic, traductora y profesora de la Universidad de Zagreb
Rosa Montero, escritora
Beatriz de Moura, Editorial Tusquets
Antonio Muñoz Molina, escritor
Herta Müller, escritora
Sibylle Nägele, escritora y traductora
Helmuth A. Niederle, escritor
Jeni Noltcheva, artista plástica
Todd Ramón Ochoa, antropólogo y traductor
José Luis Oliver Ramírez, escritor
Georg Pichler, traductor y profesor de la Universidad de Alcalá de Henares
Armando Pinto, director de la revista Crítica
Manfred Prisching, sociólogo, profesor de la Universidad de Graz
Birgit Pölzl, escritora
Dragica Rajcic, escritora
Ilma Rakusa, escritora y traductora
Ales Rasanau, escritor
Sigrun Reckhaus, Fundación Heinrich Böll, Alemania
Gloria Helena Rey, periodista
Ignasi Riera i Gassiot, escritor
Isabel Rith-Magni, directora de la revista Humboldt
Said, escritor y ex presidente del PEN-Club alemán
Christian Salmon, escritor, ex presidente del Parlamento Internacional de Escritores
Judith Schwentner, Directora de la revista Megaphon
Bashkim Shehu, escritor
Sonia Solarte, escritora
Ales Steger, escritor
Heimo Strempfl, Director del Museo Robert Musil, Klagenfurt
Alexander Strobl, periodista
Christa Strobl, fotógrafa
Christian Teissl, escritor
Leonardo Valencia, escritor
Mario Vargas Llosa, escritor
Horacio Vázquez Rial, escritor y periodista
Ignacio Vidal Folch, escritor
Elke Wehr, traductora
Jörg-Martin Willnauer, artista plástico
Elga Wolf, profesora de la Universidad Karl-Franz, Graz
Werner Wolf, Director del MUWA, Graz
Mónica Zgustova, escritora y traductora

Centre Català del PEN:

F. Xavier Abraham i Homobono, escritor
Sam Abrams, escritor
María Lluïsa Amoros Corbella, escritora
Carme Arenas Noguera, traductora
Maria Barbal, escritora
Fina Birulés, escritora
Carmen Borja, poeta
Ada Castells, periodista y escritora
Anna Castellví, periodista
David Figueres Felip, escritor
Oriol Izquierdo, escritor
Gaspar Jaen i Urban, escritor
Yael Langella, traductora y poeta
Montse Milian, escritora
Carles Molins, editor
Daniel Nomen, escritor
Manel Ollé, poeta y traductor
Ramon Pla i Arxé, escritor
Helena Pol, editora y traductora
Agustí Pons, periodista
Ponç Pons, escritor
Arnau Pons, poeta y traductor
Maria Teresa Pous Mas, escritora
Ramon N. Prats, escritor y traductor
Pilar Rahola, escritora y periodista
Cèlia Riba, escritora
Montserrat Rodés, poeta
Manel Rodríguez-Castelló, escritor
Raffaella Salierno, traductora
Antoni Serra Bauçà, escritor
Antònia Vicens, poeta

Euskal PEN Kluba:

Asel Luzarraga, escritor
Txomin Peillen, escritor
Andoni Sarriegi, escritor y traductor

PEN-Club alemán:

Karin Clark, Vicepresidenta

PEN Club de Escritores cubanos en el exilio:

Ángel Cuadra, Presidente

Reporters sans Frontières-España:

María Dolors Masana, Presidenta

Kulturvermittlung Steimark:

Max Aufischer, Director
Luise Grinschgl, Organizadora

Amnistía Internacional de Aachen:

Rita Becker, miembro de la sección Cuba

European Federation of Older Persons (EURAG):

Gertraud Dayé, Presidenta
Gerhard Teissl, Organizador general

Südwind Entwicklungspolitik St:

Brigitte Kratzwald, organizadora
Mandy Schiborr, organizadora


¡¡¡¡Se cayó el caballo!!!!

     La noticia corrió como pólvora por el barrio. Nadie, ni uno sólo de nosotros podía creerlo. "¿Qué se cayó el caballo?", preguntaba incrédula Fredesbinda. La conmoción fue tremenda. Mucha gente empezó a esconder los uniformes de miliciano, las fotos más comprometedoras. Como aquella en que el caballo aparecía -cuando todavía no se había caído -- acariciando la cabecita de José Primelles, hoy maestro de primaria. "Caballero -- lloraba José -- yo era muy niño cuando aquello; fue pura casualidad. Miren pa'eso, si me han desgraciao la vida". Así fue; de pronto nadie sabía qué hacer, o qué decir. La presidenta del Comité se puso más pálida que una croqueta de perro sin tripa. Creímos que le iba a dar un soponcio. Pero cuando comprendió que no tenía nada que temer de nosotros, se tranquilizó. "Ay, mijito [me decía], si yo nunca chivatié a nadie. Mira; si pa serte honesta -- porque tú sabes que yo hablo con el corazón en la mano -- figúrate que hasta yo contrabandeaba. A mí misma me tenían vigilada. Yo creo que era Rufino (porque yo siempre me la olí: ese es de la Seguridad, me dije muchas veces)". Y sí, parece que la señora hablaba con el corazón en la mano, porque casi se le sale con el susto. Y quién les dice que cuando la presidenta del Comité estaba despotricando de lo lindo de Rufino, se apareció el susodicho y empezó a jurar que eso era mentira; que él no era ni trabajador de avanzada.
     Y de los pioneros de la cuadra, ¿qué les cuento?  Tanto gritar seremos como el che, y corrieron todos a buscar flores para el entierro. Los muy hipocritones estaban felices.
     Nada, queridos lectores, que aunque la confusión duró sólo unos segundos, lo que se armó en el barrio pareció durar una eternidad. Claro, en cuanto salió el caballo otra vez en la televisión -- aunque él siempre está ahí, por eso algunos lo llaman el patrón de pruebas -- y se autodiagnosticó, y dijo que estaba entero, todo volvió otra vez a la normalidad. La presidenta vino a decirme que esa noche me tocaba la guardia, y Rufino corrió a aclarar que eso de que él no era ni trabajador de avanzada había sido un chiste. Lo mismo los pioneros: que nos habíamos equivocado, que las flores eran para echarlas al mar por lo de Camilo.  Cómo si pudieran engañarme.
     En cuanto a mí, estoy tan harto de estas caídas que el día que ocurran de verdad ya no habrá quién me haga creerlo. Todavía recuerdo cuando en los 70´s me tocó acompañar al caballo -- entonces yo era periodista -- a un viajecito a Africa. Pues les cuento que, de paso por Egipto, quiso ir a ver una función del Ballet Nacional de Cuba al pie de la pirámide de Gizeh. Alicia iba a bailar Giselle. El programa se titulaba: Giselle en Gizeh. Una gigantesca foto de Alicia colgaba de la pirámide como si fuese un papiro. Y allí se leía en caracteres gótico-babilónicos: La Mummy Assoluta, la única, la sempiterna, Caliza Al-Onso. Esa noche la eximia bailarina cubano-egipciaca habría de ofrecer una de sus más memorables escenas de la locura. En plena función a Alicia le dio un arrebato de altura cuando sintió que una fuerza sobrehumana la mantenía inmóvil, fija al banquito donde sólo unos momentos antes Albretch-Anubis, el príncipe de Tebas, había deshojado la flor de loto. "Está loca" -- dijo, en perfecto copto, el guía de la manada de camellos en que viajaba, en medio de una nube de arena, el Caballo en Jefe. En efecto, empeñado en asistir a la función que prometía ser - y que fue - todo un éxito, y preocupado porque no aparecía el auto, el caballo decidió ir en camello. ¡Cómo lo oyen! ¡El caballo a camello! (¡qué sentido del futuro!, ¡qué premonición!). Pues, como podrán constatarlo en la foto, la cosa se armó cuando quiso montar el camello. Éste no se dejaba, ni entendía no importa cómo se lo explicaran. Y ahí lo tienen: al caballo cayéndose del camello, absolutamente descamellado. Aquello fue como para descamellarse de la risa. ¿Y qué creen? Apenas se levantó (sin ayuda, que yo lo vi) nos dijo que estaba entero. Lo único que pude hacer fue tomar la foto que están viendo. Total, que hoy, después de todo el tiempo transcurrido -- y luego del último papelazo -- ya esa foto no me parece tan divertida. ¡No!, ¡qué va!, si ahora pienso que es muy sexy, hasta erótica.


Obras de artistas cubanos integran exposición en Museo de Rhode Island

La muestra permanecerá abierta hasta el 30 de enero del año próximo

     Obras de varios artistas cubanos, además de dominicanos y puertorriqueños, integran la exposición Islas naciones: Arte nuevo de Cuba, República Dominicana, Puerto Rico y la diáspora, que se inaugura el próximo 28 de octubre en el Museo de Arte de Rhode Island School of Desing (RISD).
     Algunos de los nombres de los cubanos que conforman el catálogo de la muestra — con más de 30 artistas y considerada la primera en Estados Unidos con enfoque en estas tres naciones — son Tania Bruguera, Los Carpinteros, Glenda León, Abel Oliva, Manuel Piña, Wilfredo Prieto, Esterio Segura y Santiago Hernández.
     Además, Islas naciones incluye obras latinoamericanas del RISD Museum, pertenecientes a la colección de Nancy Sayles Day y entre cuyos autores figuran los cubanos José Bedia, Ana Mendieta, Marta María Pérez Bravo y Ernesto Pujol.
     Instalaciones multimedia, vídeo, escultura, fotografía y pintura, estarán entre las técnicas presentes en la exhibición, que también recoge obras de emigrantes y exiliados del Caribe hispanohablante.
     Asimismo, el 20 de noviembre el Museo será sede de un simposio centrado en temas relacionados con la exposición. El panelista principal será el cubano Antonio Benítez Rojo, profesor de español del Amherst College y autor de La isla que se repite.
     Al finalizar el simposio, está prevista la presentación de un performance a cargo del grupo Poética, conformado por músicos y escritores de Rhode Island.

Encuentro, 27 de octubre, 2004


El escritor Ernesto Pérez Castillo recibe el Premio Teruel de relatos

     El escritor cubano Ernesto Pérez Castillo ha sido galardonado con el Premio Teruel de Relatos, en su edición XVI, con su obra Memorial de Penélope, informó Europa Press.
     El relato de Pérez Castillo desacraliza el mito del personaje de Ulises, de La Odisea, al contar la historia desde el punto de vista de Penélope.
     Nacido en La Habana, en 1968, el autor ha recibido varios premios en la Isla. Ha trabajado como editor de revistas literarias, además de desempeñarse como guionista y director de programas de radio.
     El jurado del Premio Teruel de Relatos lo integraron Eloy Tizón, Jorge Eduardo Benavides y Ana María Navales, jefa de la sección de Creación Literaria del IET y codirectora de la revista cultural Turia, donde se publicará el relato ganador.
     Convocado por el Instituto de Estudios Turolenses (IET) de la Diputación Provincial de Teruel, el premio está dotado con 1.500 euros.

Encuentro, 27 de octubre, 2004


EE UU niega permiso a artistas para participar en Festival de Ballet de La Habana

     Entre quienes no podrán viajar a la Isla están los integrantes del New York City Ballet y el sudafricano Michael Moule, uno de los poco fundadores del BNC que aún viven.
     El gobierno de Estados Unidos ha negado el permiso a varios artistas norteamericanos para participar en la edición 19 del Festival de Ballet de La Habana, que se realizará entre el 28 de octubre y el 6 de noviembre en la Isla, informó AP.
     "Algún día esas barreras se romperán", expresó el historiador del Ballet Nacional de Cuba (BNC), Miguel Cabrera, al anunciar la ausencia del fotógrafo estadounidense David Garten.
     Justamente el martes, Cabrera inauguró una exposición con obras de Garten, como parte de las actividades colaterales del festival.
     Entre las personalidades que no podrán viajar a la Isla están Nilas Martins y los integrantes del New York City Ballet, así como Michael Moule, un sudafricano residente en Estados Unidos desde hace décadas y considerado uno de los poco fundadores del BNC que aún viven.
     Cabrera opinó que se trata de "una coyuntura internacional muy difícil (…) entre el BNC y las artes estadounidenses hay muchas relaciones. Hemos estado siempre muy vinculados", recalcó.
     Washington aprobó en mayo pasado un conjunto de medidas que incluyen, entre otras limitaciones, las restricciones de viajes a la Isla a ciudadanos residentes en Estados Unidos.

Encuentro, 27 de octubre, 2004   

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