 
    
Cosa de locas: homenaje a Néstor Perlongher
La Habana Elegante
 Hay  dos escritores a los que, desde hace mucho tiempo, La Habana Elegante ha querido homenajear: al argentino Néstor  Perlongher y al puertorriqueño Manuel  Ramos Otero. El primero de esos proyectos se realiza entonces en el  presente dossier. A su realización agradecemos, en primer  lugar, a Teresa Basile, quien nos ayudó a ponernos en contacto con algunos de  los más señalados estudiosos y lectores de la obra de Perlongher.
     Hay  dos escritores a los que, desde hace mucho tiempo, La Habana Elegante ha querido homenajear: al argentino Néstor  Perlongher y al puertorriqueño Manuel  Ramos Otero. El primero de esos proyectos se realiza entonces en el  presente dossier. A su realización agradecemos, en primer  lugar, a Teresa Basile, quien nos ayudó a ponernos en contacto con algunos de  los más señalados estudiosos y lectores de la obra de Perlongher.
           También,  como es de suponer, agradecemos a los autores que contribuyeron a hacer  realidad uno de los proyectos de la revista: Adrián Cangi, Ana Porrúa, Ignacio  Iriarte y Jorge Panesi.
           Debemos  aclarar, sin embargo, que este dossier tiene un antecedente en el modesto  homenaje que le dedicamos a Perlongher en la edición de la primavera de 2001 de  la revista. En la sección correspondiente a la sección «La expresión  americana», publicamos el artículo “El chorro de Néstor,” de José Quiroga  (Emory University). También reprodujimos, del propio Perlongher, los poemas “El  cadáver” y “Cadáveres,” así como sus textos “La desaparición de la  homosexualidad” y “Todo el poder a Lady Di.” Ver: http://www.habanaelegante.com/Spring2001/Expresion.html 
           Ahora  nos queda pendiente el dossier de Ramos Otero. Sabemos que no tendremos que  esperar mucho.
         Mientras  tanto, nos complace la oportunidad que nos ofrece este dossier de afincar la  obra y el recuerdo de Perlongher en La  Habana Elegante. Recordemos que Quiroga comienza su artículo con una  pregunta que se convierte enseguida en propuesta: “¿Para qué clasificar a  Néstor Perlongher? ¿Por qué no hablar mejor, como a él de seguro le hubiera  Néstor Perlongher gustado, de un ‘chorro Perlongher,’ de un ‘devenir-Néstor’?”  Esa escritura del “despilfarre” de que habla Quiroga, ¿no es acaso una  escritura dislocada, o, vale decir también, a-locada? Abierta la llave, rota sin remedio la cañería, que siga  saliendo el chorro Perlongher… 
 
  