Narrar en la era de las blogoficciones. Literatura, cultura y sociedad  de las redes en el siglo XXI

Osvaldo Cleger, Mellem Press, 2010, 489 p.

Daylet Domínguez, Princeton University

     Dentro de la larga relación entre tecnología y literatura, la aparición y rápida difusión de los llamados “new media” en la década de los 90 vendría a conformar una nueva etapa marcada por nuevos modos de lecturas y nuevas  formas de circulación, producción y distribución de la escritura. Frente a la invención del sistema alfabético, la creación de la escritura y la difusión de la imprenta moderna, el surgimiento de artefactos como el blog y la blogosfera vendrían a coronar, por ahora, esa extensa genealogía. En su reciente libro Narrar en la era de las bloficciones, Osvaldo Cleger interviene en uno de los debates que mayor actualidad y fuerza va cobrando en el escenario de los estudios latinoamericanos: la cultura digital contemporánea. Cleger ofrece una excelente visión de conjunto sobre cómo las nuevas tecnologías han transformado la categoría tradicional de ficción para articular el concepto de las blogoficciones del siglo XXI. En este sentido, Narrar en la era de las blogoficcionesconstituye un estudio pionero, sistemático y monográfico sobre la cultura digital contemporánea producida por el mundo hispanohablante. El libro de Cleger contribuirá a consolidar la cultura digital como disciplina y objeto de estudio dentro del paradigma académico norteamericano.             
     Apoyándose en una metodología interdisciplinaria que incluye desde la sociología de la literatura hasta las teorías de las comunicaciones mediadas por computadora, la teoría de las redes sociales y la etnografía de la internet, Cleger explora exhaustivamente ejes centrales para pensar el lugar y la importancia de la cultura digital: ¿Cómo configuran estas tecnologías nuevas identidades y subjetividades? ¿En qué sentido el espacio virtual puede ser considerado una extensión o reactualización del espacio público? O por el contrario, ¿hasta qué punto el espacio virtual constituye un terreno independiente y autónomo? ¿Cómo funciona la relación entre cuerpo y escritura en la literatura electrónica?  ¿Se puede hablar de las humanidades digitales? ¿Existe una e-literatura?
     En el primer capítulo, Cleger esboza la metodología crítica y teórica que seguirá en el transcurso de sus cinco capítulos. Tomando como punto de partida la formulación de Jameson de leer la postmodernidad como la expresión dominante de la lógica cultural del capitalismo tardío, Cleger propone, por su parte, “conceptualizar la literatura digital, y más específicamente las blogoficciones, como una expresión cultural de la sociedad de la información en su estado presente, es decir, la Sociedad de las Redes” (20). Frente a los debates sobre la postmodernidad y la llamada cultura postmoderna que intentaron definir las prácticas culturales de una época, Cleger propone el modelo de cultura digital como alternativa a ese paradigma crítico y como lugar desde el cual pensar la sociedad y la cultura de redes contemporáneas.      
     En el segundo capítulo, Cleger explora el fenómeno de la blogosfera entendida como plataforma de sociabilización y de escritura. Lo que distinguiría precisamente a las nuevas tecnologías de la primera década del siglo XXI sería la aparición y proliferación de  la blogosfera frente a otros modelos de sociabilización que predominaron en la década de los 90. Si la blogosfera se conceptualiza como espacio de redes sociales, el blog funciona para Cleger como un lugar conector de subjetividades que conforma comunidades virtuales. Una de las intervenciones más lúcidas de este capítulo es precisamente la reconceptualización del debate sobre el espacio público que formula Cleger tomando como punto de partida la tesis de Habermas.
     En el tercer capítulo, Cleger acierta en formular una genealogía de prácticas digitales que van desde el hipertexto pasando por el blogotexto hasta culminar en las blogoficciones. Asimismo, Cleger revisita la problemática sobre la crisis de la autoría ubicando sus orígenes en los postulados marxistas hasta llegar al estructuralismo y posestructuralismo con la lecturas de los ensayos de Barthes y Foucault sobre dicho tema. La reflexión de Cleger reactualiza el debate sobre la muerte del autor en el marco presente de la cultura digital: “En la blogosfera la institución autoral no solamente se dispersa en una multiplicidad de voces, sino que además se vuelve borrosa bajo las máscara de los seudónimos, la constante recurrencia al anonimato y la elaboración de blogotextos que son el resultado de la elaboración entre varias personas (245)”. En medio de prácticas digitales como los wikis, los ciberdramas, los blogs y otras variantes de escritura en línea, Cleger repiensa magistralmente cómo funciona la categoría de autor en muchas de ellas. Para este crítico de la literatura electrónica, el wikitexto sería la manifestación cultural donde la figura del autor quedaría totalmente suprimida.    
     Cleger, en el capítulo cuarto, estudia la aparición y desarrollo de la blogonovela  en lengua española y propone una tipología para el estudio crítico del género.  El escritor argentino Hernán Casciari y sus blogonovelas, entre las que se destaca Weblog de una mujer gorda, se convierten en objetos de estudio del capítulo. Cleger señala atinadamente cómo la estética del “reality” y la tradición del folletín literario conforman la propuesta estética de este escritor. Para Cleger las blogonovelas funcionarían como una proyección cultural y estética de la sociedad de la información, organizada en redes sociales y textuales.    
     El quinto y último capítulo compendia a manera de conclusiones los conceptos y debates más importantes revisados en la investigación. Narrar en la era de las blogoficciones se propone como un estudio exhaustivo, sistemático y esclarecedor de la cultura digital y la sociedad de las redes. La intervención de Cleger es un ejercicio intelectual que taxonomiza el ciberespacio como fenómeno tanto social, cultural como estético y literario. Entre los mayores logros de su estudio habría que situar su afán por constituir una genealogía de las prácticas digitales, el deseo por construir una especie de canon digital, la necesidad de definir las fronteras de una nueva disciplina académica, y la delimitación de problemas teóricos y críticos que convierten al fenómeno de los nuevos medios en un campo epistemológico digno de figurar dentro de los estudios latinoamericanos.
     Si como sugiere Walter Benjamín, la invención de la fotografía puso en escena la crisis entre original y copia y las nuevas formas de reproducción mecánica terminaron por desauratizar la obra de arte, las prácticas digitales leídas dentro de esa tradición atentarían contra la propia materialidad de la escritura. Sin embargo, Cleger pareciera no subscribirse a la hipótesis de la muerte definitiva del libro como entidad, sino más bien propone la coexistencia y la interrelación de la cultura impresa y digital. En las últimas páginas de su libro, Cleger anota unas preguntas que me parecen muy valiosas para pensar el estado de la novela actual en su relación con la blogoficciones: ¿Cómo y de qué manera las novelas en líneas podrían marcar nuevos derroteros para  las escrituras materiales contemporáneas? Sin duda, Narrar en la era de las blogoficciones se convertirá en un estudio fundacional sobre los nuevos medios y en referencia obligada para todos aquellos estudiosos  que se interesen por la cultura digital.