No. 1,  primavera  de 1998 
 
 
 
 
 INTRODUCCIÓN AL PRESENTE NÚMERO 

 
ESTE AÑO CELEBRAMOS EL CENTENARIO DEL  nacimiento de Jorge Mañach. Profesor, periodista, y, sin dudas, conocedor agudo del carácter del cubano, Mañach fue también un perspicaz observador de La Habana como lo demuestran sus Estampas de San Cristóbal. La redacción de La Habana Elegante ha querido iniciar con éste, su primer número, el homenaje a Jorge Mañach que se prolongará durante todo el 1998. Nos complace ofrecer al lector algunas de aquellas estampas habaneras con lo cual también celebramos el sueño de La Habana.  
Al ofrecer este primer número al lector hemos cuidado, asímismo, la organicidad de los materiales incluídos. De un modo u otro todos ellos se articulan en un ámbito habanero. Esa ha sido la intención de esta entrega. Quisimos que estuviesen representados los estilos y géneros literarios más diversos. Poesía, cuento, prosa poética, ensayo, artículo aparecen aquí representados con una amplia variedad de voces y de preocupaciones. Desde el asedio a la pintura de Fidelio Ponce y las reflexiones sobre Orígenes, hasta la poesía y el paseante que recorre hechizado--una vez más--el Prado. Sólo una cosa queremos aclarar aquí: la mayoría de los autores vivos que aparecen en el presente número están en Cuba, pero no debe ser interpretado como la estrategia de esta revista cuyo espíritu es plural y abre sus puertas a todos los que sueñan o padecen el misterio de Cuba. Serán la calidad y el espacio disponible los que determinen la inclusión o no de los textos que recibamos. Apreciaremos las sugerencias, comentarios y propuestas de trabajo de los amigos de cualquier parte del mundo. Ni que decir que el animador espiritual de La Habana Elegante hoy, como lo fue ayer, es y será Julián del Casal, a cuya memoria consagramos este humilde empeño.  
  

      Francisco Morán