Selección de poemas

Rolando Sánchez Mejías

 

Poemas publicados en libros(1)

CEMENTERIO DE PROVINCIA

Es un espacio de piedras blancas que parece ser adverso a la naturaleza.
En el centro hay un árbol seccionado. Alguna vez le cortaron las ramas, la lluvia y el viento hicieron el resto y la corteza se petrificó lustrosa.
Es un árbol detenido en su camino al cielo, encerrado en su madera, absorto.
A diferencia de los cementerios de las capitales o de pueblos más enérgicos, éste no parece contener muertos, sino humus soterrado.
Es difícil captar la profunda relación entre el pueblo y su cementerio.
No está en las flores, en los vasos evaporados, en los familiares serenos y ligeramente contritos, en los caminos abiertos por los pasos de trasiego.
Tal vez se trate de la conducta de los vivos, que en el sopor de las tardes se repliegan en sus casas dejando el pueblo inamovible.

NOCTURNO

                                                                             (para antonio ponte)

 

   En las calles de este pueblo uno avanza y tiene la certeza de que envejece en tramos cortos.
Son casas anchas, verticales y abrazadas en una fachada común, con una consistencia semejante al cielo negro que insinúan.
A su paso, se avanza en proporción directa a la muerte: de muerte en muerte, con el desasosiego que implica este nuevo conocimiento.

 

DERIVAS

(a ricardo alberto pérez)

 

Ciertos días se revelan
en una precaria gravidez que los hace disjuntos,
esquizos, como de infierno paradójico.

Días
con sus noches soterradas,
noches de corazón central
(corazón que sólo puede observarse
en determinados espejos, transversales y absolutos,
que cuelgan en cuartos de pobreza municipal),
también precarias pero menos perecederas,
debido, tal vez,
a la férrea nocturnidad
que las suele poner a salvo
aun en las peores circunstancias.

(Abro la ventana
(es el cuarto de Z.)
y bajo la restricción insular del cielo
emerge la noche.)

Días donde se redobla
el peso que se siente sobre la nuca al escribir,
peso que señala
indudablemente
la naturaleza de ese gesto:
      servil,
            ineficaz,
                  mortuorio.

Peso ambiguo
como deben haber soportado
los triviales funcionarios de Chejov:
cuerpos abandonados, de pronto, por sus sombras
que saltan a la pared
en ensimismada oscuridad,
ya perpendiculares al sueño,
ya en la exacta
dimensión del sueño,
mientras los cuerpos quedan sujetos
a las modificaciones del día,
expectantes de sus sombras, irrisorios,
enfrentando hojas en blanco.

(Ayer
mi sombra
en la pared de este cuarto
salmodiaba:

"¿Es posible
escribir
después
de Auschwitz?"

La respuesta
quizá sea
que después de Auschwitz
(y eso lo sabe mi cuerpo
que ahora practica una escritura fría,
inútil, olvidadiza de Auschwitz)
la moribundia,
aunque postergada y trabajosa,
es irreversible, total,
incluso antes de Auschwitz,
incluso en el ciego provenir de olvido que abre Auschwitz,
lo que anula,
para siempre,
la posibilidad de no escribir).

Veamos
ahora
los ojos de Z.
Z. es la madre de un amigo.

Nuestras sombras en la pared
suelen discutir de metafísica.
Una vez
mi sombra le dijo:

"La locura de tu madre
es fatalmente
una locura ontológica. Es
la locura de la tierra misma. O si no
fíjate como escarba en el arroz
doblada sobre la mesa,
ya perpendicular al sueño,
ya en la exacta
dimensión del sueño,
mientras el dolor
del corazón central de la noche
resuena en su cerebro".

Los ojos de Z.
poseen la verdad
de lo que brilla más allá de la mente.
Puede decirse
que en las postrimerías del presente siglo
sus ojos guardan
la locura sagrada de un fuego helado
y un centelleo irreflexivo,  locuaz,
como si el fuego girara desprovisto de órbita.

Mi hijo
ya me había advertido:

"No me gusta
la mirada de Z."

Le pregunté:

"¿Cómo es
la mirada de Z.?"
Dijo:

"Me mira aquí
a la nuca
y sin embargo
es como si no me mirara".

Desde ese momento
me dediqué a escudriñar sus ojos.
Y ella
una noche
me sorprendió escudriñándole los ojos.
(Ocurrió ante un espejo:
mis ojos eran astutos, inmanentes, de rata,
y ella no lo dejó pasar por alto
en la confabuladora distancia de aquel espejo.)

Al observarme
Z. tenía la clara transparencia
que vio Schopenhauer en su perro.
Aunque obtuso
y torpemente vertical
el cuerpo de Z. se recortaba
en la noche:
                  unánime,
                               feliz,
                                     trascendente.

Pensé:

          "Z. ha perdido
incontables neuronas
bajo incontables manos de enfermeros
y su rostro
al final del camino
es la mismidad de la noche."

Z. me señaló la noche en el espejo
paralela pero indivisible con ella,
pues el corazón de Z.
pulsaba el cuerpo de la noche
y el corazón de la noche
pulsaba el cuerpo de Z.

Le dije
aún frente al espejo:

"Su rostro, señora,
es la mismidad de la noche".

Entonces
se oyó la risa salvaje, especular, indivisible
y
finalmente
la súbita
emergencia de la luz
me trajo de vuelta
a la fragilidad del paisaje.

                                                (Jaruco, julio, 1992)

 

JARDÍN ZEN DE KYOTO

Sólo un poco de grava inerte
quizá sirva para explicar
(al fin como metáfora vana)
que la dignidad del mundo consiste
en conservar para sí
cualquier inclemencia de ruina.

El monje
cortésmente inclinado
quizá también explique
con los dibujos del rastrillo
que no existe el ardor,
solamente el limpio espacio
que antecede a la ruina.

Alrededor del jardín
en movimiento nulo
de irrealidad o poesía
pernoctan
en un aire civil de turistas y curiosos
sílabas de sutras, pájaros que estallan sus pechos
contra sonidos de gong. Todo envuelto
en el halo de la historia
como en celofán tardío.

El lugar ha sido cercado:
breves muros y arboledas
suspenden la certeza
en teatro de hielo.

La cabeza rapada del monje
conserva la naturaleza de la grava
y de un tiempo circular, levemente
azul: cráneo de papel
o libro muerto
absorbe el sentido
que puede venir de afuera.

En la disposición de las grandes piedras
(con esfuerzo
pueden ser vistas
como azarosos dados de dioses
en quietud proverbial)
tampoco hay ardor. Sólo un resto
de cálida confianza
que el sol deposita
en su parodia de retorno sin fin.

La muerte
(siempre de algún modo poderosa)
podría situarnos
abruptamente dentro
y nos daría, tal vez,
la ilusión del ardor.

Como mimos, entonces,
trataríamos de concertar
desde el cuerpo acabado
el ninguna parte donde hay ardor alguno
en el corazón secreto
que podría brindar el jardín.

Pero hay algo
de helada costumbre
en el jardín
y en el ojo que observa.

Es posible que sea el vacío
(¿por fin el vacío?)
o la ciega intimidad
con que cada cosa responde
a su llamado de muerte.
Y esto se desdibuja
con cierta pasión
en los trazos del rastrillo,
junto a las pobres huellas del monje,
entre inadvertidas cenizas de cigarros
y otras insignificancias
que a fin de cuentas
en el corazón del jardín
parecen caídas del cielo.

COLLAGE EN AZUL ADORABLE

 

La nostalgia por los límpidos establos de DylanThomas

1 clavecín 2 clavecines 3 clavecines acompasadamente

La vida en súbitas estaciones del alma o la incomunicabilidad de un místico

El furor de la lluvia en el purpúreo extremo de un cigarro

La casa de Lezama desde un taxi en la ventisca

Un soliloquio de tablillas de boj

La underwodd amaneciendo los papeles dispersos

Un símil como un beso helado como una luna en desorden

La visión por la poesía en ciertos segundos del alba

1 clavecín 2 clavecines 3 clavecines acompasadamente

EVENTUM

 

   Desde la ventana se deslizó la Mariposa Bruja. Acaeció de golpe y la neurosis (cómo mantener la cabeza serena ante las intempestivas inclusiones de la Naturaleza) le adjudicó esa proverbial suspensión del ser: hueco negro... hoja de árbol seca irreal... sombra compacta... pájaro oscuro y deforme...
Se desplegó junto a la máquina de escribir, sobre el mantel blanco. Ya real, como un signo poderoso, quedó quieta: en su fijeza de polvillo mental, alas tatuadas y gusano de carne.

 

SEGÚN ME DICE P.

 

que habiendo yo rayado
                            (lacerado, mejor dicho)
                      (o si no
       pon oído:)

que habiendo yo roto la hoja con ellos
volubles signos
                            (como si
                            sobre esmeril
                            toscas patas de grullas:
                            to write to write to write)

que habiendo apenas podido deslizarse
allí donde
              no hay espesor sino sólo
                  la ligerísima condición del verbo

                       ah sino la equívoca
                            profundidad del cálamo

con esa ciega
                contracción del plectro

                                                        intentaron torcer

la verdad de una nieve

         
                                  áspera y mental

A LA SALIDA DEL BOSQUE

 

                                                                                                                 i.m. St. Mallarmé

   Habría, a la salida del bosque, algún pensamiento virgen. Cierta sonoridad de plata, o blancura, conseguida, a duras penas, con el esfuerzo del cuerpo (de M. y los demás). Cierta pena, sobrevivencia del alma, por el esfuerzo. Y la Luna, que señala los vestigios de la lucha. También la inclemencia, sobria, de los árboles, blanqueados, el dorso, por esa Loca de la Casa, allá en lo alto. Cierta sonoridad de plata, o murmullo, al final, apenas inteligible, el pobre. Y el cuerpo, un viva por el cuerpo, se lo merece!

 

MECANICA CELESTE

 

Ratas de campo (rattus rattus frugivorus), de costillas alámbricas. Los chinos las golpean con el canto de la mano. Entonces giran como trompos indefinidamente.

ANALECTAS

 

   Se trata, siguiendo el consejo de Confucio, de poner orden: primero en ti y luego en tu familia. Nada de esos niños que se suicidan, consecutivos y alegres, colgados de las lámparas. Ni de ese perro que adopta configuraciones ajenas a su perridad, degenerando en zorro u otra sustancia antipática. Ni de esa mujer -sí, tu esposa- que dispone en tus libros una caprichosa concepción de la Cultura. Pon orden en ti. Serena tu corazón.        

 

        APORÍAS

 

   La escritura china resulta curiosa para los gramáticos por dos razones que los dividen:

  1. el sentido que alcanza la escritura es compacto y continuo como una realidad única.
  2. el sentido que alcanza la escritura es quebradizo y discontinuo como un colador defectuoso.

   Los primeros aseguran que emblemas como SOL y ÁRBOL no sólo se sostienen entre sí sino que, además, su relación supone, al final del proceso, ambas pérdidas de identidad para integrar "un tercero real".
Los segundos sustentan que la distancia entre emblemas como SOL y ÁRBOL es inmodificable y que se sostienen entre sí sólo gracias a una "percepción en vilo" o tour de force de la mente; sustentan, también, que la relación entre ambos ideogramas se debe a otros emblemas ("emblemas del hiperespacio") que se escurren o se evaporan en el vacío de papel que los divide.
Una tercera razón, prevista por ciertos anales heterodoxos, deroga las dos anteriores y explica que si-uno-se-fija-bien (un chino, v.g.), la sintaxis de la realidad, aunque incluye identidades como SOL y ÁRBOL, no puede relacionarlas realmente entre sí, pues no habría cómo fundamentar la subversión que ocurre entre un SOL irrepetible y la espejeante pluralidad de árboles.

 

PABELLONES

 

PABELLONES (I)

 

   La enferma se pasea como un pájaro devastado. Es pequeña, voraz y su labio superior, en un esfuerzo esquizoconvexo y final, se ha constituido en pico sucio. Por otra parte (muestra el médico con paciencia): «esos ojitos de rata». Tampoco el director (de formación brechtiana) deja de asombrarse: «Perturba la disciplina con sus simulacros. De vez en vez logra levantar vuelo. Claro que lo haría simplemente de un pabellón a otro. Pero comoquiera, representa un problema para la Institución».

 

PABELLONES (II)

 

   La Guerra de los Pabellones empezó cuando la claridad se instaló en los pabellones de la parte Norte y la noche en los pabellones de la parte Sur.
En la línea divisoria, el doctor C. se divertía apostando banderitas en el campus:

   Los enfermos, poco después de acabada la Guerra, declararon que no hubo ningún maniqueísmo, ni siquiera alguna vaga simbología supersticiosa en la distinción que provocó la Guerra.
Pero uno de los enfermos, al padecer de una afasia que lo hacía totalmente inexplicable, dibujó una bestia negra, gorda y obscena, que evolucionaba en los pabellones de la parte Sur.
El dibujo fue mostrado como advertencia didáctica en el enorme mural de la Institución.
Con el tiempo, los enfermos le fueron agregando a su antojo miles de atributos, entre risas y chasquidos de los cubiertos que enarbolaban rumbo al comedor.
El doctor C., a través de la ventana de su consultorio, observaba pícaramente el campus, donde retozaban, bajo el sol del trópico, entregados al azar de una pelota, los miembros del equipo deportivo.

 

PABELLONES (III)

 

   K murió de tuberculosis. Su laringe quedó ocluida y no podía hablar ni comer. Ni, por supuesto, cantar. Tomarse a pecho la cuestión del canto -como le pasó a Josefina- es contar con una laringe que funcione en cualquier circunstancia.
En algún momento K hizo un gesto para que le habilitasen la mano de escribir. Y ahí fue cuando se formó el show (display or exhibit) en el sanatorio. Ver a K tratando de escribir al mismo nivel de la laringe defectuosa. Verlo raspando y raspando -pobre pelele- la página en blanco.

 

PABELLONES (IV)

 

   La Caja de Orgones fue trasladada río arriba, derivando en el monte entre lajas y límpidas aguas.
En el embarcadero fue recibida por el Director, parte del personal burocrático y dos o tres rehabilitados.

   El Director ensayó un discurso: recordó a R., constructor de la Caja; recordó, también, los propósitos del artefacto, ya desvirtuados por el tiempo o la historia.
Al terminar su intervención, fue el primero en ocupar la Caja, con un viva del público: su cuerpo, obligado en el agujero, se arqueó blanda y lascivamente, mientras su risa, como en una cripta de cartón, se iba sepultando con el cuerpo.
Salió al poco rato. Le midieron la temperatura. Aprobaron el resultado con satisfacción.
Luego el artefacto fue manoseado por el personal burocrático. Los rehabilitados intentaron algún juego pero fueron desaprobados en el acto.
La Caja fue elevada a una sólida parihuela y conducida monte arriba hacia los pabellones.

 

PABELLONES (V)

                                                                                                                                                             

            

1-24 Pabellones    
F-G Comisaría
A Dirección
H Sauna
B Cuerpo de Guardia  
I Jefe de Bloques
C Seguridad 
J Recepción
D Administración 
K Teatro
E Laboratorios
L Cancha de tenis

                                  

 

PABELLONES (VI)

 

   Hoy hemos recibido a P. en los pabellones. Su locura parece provenir de nuestros campos, modestos y soleados. P. tiene la mirada inmóvil y económica de una rata, forjada en la vanidad de una “pobreza digna” y las contemplaciones de un cementerio sobrio, que brilla en las tardes como una taza de cal. P. ha intentado muerte-por-soga en dos ocasiones: la cuerda, dos veces, cedió ante el cuello díscolo de un pavo o de un hombre demasiado rígido.

 

ARQUEOLOGIA

 

   Encontraron, al fondo de los túneles, ratas de metro y medio de largo.
Las alumbraron con linternas (los rusos dijeron epa, epa ) y las ratas huyeron, bamboleantes y caóticas, sus ojitos rojos heridos por la luz.
Uno de los rusos pidió vodka y otro  le dio vodka y entonces dijeron algo acerca de la realidad.

PROBLEMAS DEL LENGUAJE

 

1

  

Yo que tú
no hubiera esperado tanto.

Esperabas que yo fuera
a la cita donde hablarías de la palabra dolor.
De allá para acá
(el tiempo corre, querida,
el tiempo es un puerco veloz
que cruza el bosque de la vida!)
han pasado muchas cosas.

Entre ellas
la lectura de Proust.
(Si me vieras.
Soy  más cínico más
gordo y
camino medio lelo
como una retrospectiva de la muerte.)

Yo que tú no hubiera esperado tanto
y me hubiera ido con aquel que te decía
con una saludable economía de lenguaje:
cásate conmigo.

                (Ahora me esperas. Y yo
no sabría decirte nada
y tú
sólo sabrías hablar
y hablar
de la palabra dolor)
Cuando supe que el lenguaje
era una escalera para subir a las cosas
(uno está arriba
y no sabe cómo bajar
uno está arriba
y se las arregla solo)
decidí no verte más.

 

2

 

Nadie posee
una lengua secreta.
Ni los hopi
ni los dogones.

Nadie posee
una infinita reserva
de juegos de lenguaje
(¡corta es la vida
y el tiempo es un puerco!).

                Voy a preguntarte
la función del color blanco
en nuestras vidas.

                A ver si nos entendemos.

 

 

HEIMAT

 

                                                                                                      (a josé lezama lima)

 

No se vio ningún tártaro partir
la línea occipital del horizonte.       

Ni un bárbaro de aquellos
jalando con sogas de yute
jabatos de peso mediano.

Ni tocando trompeta.
En el bosque.
A nadie.

Ahora
Lingua Mater sustenta y amortaja,
su boca húmeda y esponjosa
prodigándonos afectos para-
sintácticos y hasta
locales.

In situ: se sigue bailando
con o sin zampoña y se escribe
bellamente aún al compás de
y va escabulléndose
(va cayendo el telón)
uno con
la bípeda y/o loca velocidad que va dictando
el estado de las cosas.

Un registro de vozes tan amplio
quién te lo iba a quitar, menos que menos
a escribir, por ti, por los demás,
padre mío que nadas como un tonel
en la corriente brumosa de las palabras.

Ahora,
rema.

Es decir parte
y tápate las gordas orejas
y rema, rumbo al poniente.

(No escuches viejo chillar
en el canal que corta el mar
dichas ratas de agua dulce).

 

 

INTERVENCIONES

 

Ya habías muerto, mucho antes,
de transhumanamiento o
en desacuerdo
con el Vasto Poder del Lenguaje,
muerto, es decir, vivo
en la dimensión
donde el tiempo
de la muerte
obstruye
el movimiento de la vida.

Y esto lo sabías
frente a un sol meridional:
las manos en los bolsillos,
la corteza dura de tu rostro
y la realeza de otros rostros
modificando el horizonte.

El tiempo olía a cebolla:
un crudo vaivén o deshojarse
de películas absortas, rápidas
y completivas como el muñón que
arma la presta mano médica.

Pero la cebolla (que es la Realidad!)
desmultiplicaba sus planos. Entonces todo
desde un principio     
tuvo esa fatal ausencia de armonía.

 

Pero no es sólo esto,
no.

Si fuera sólo esto
sería menos complicado y
El Advenimiento
(la intervención del ser
o de cualquier otro trasunto como la escritura)
quedaría
por fin
en Completud.

     Hay más cosas: bajo
un cielo convexo y frío
(cielo de post-tiempo)
henos allí avanzando, no ligados
por el Lenguaje, apenas
por el lamento
(la taigá, el lamento culpable de la matria (2) ,
lobos, etc.).

     Sí. Mucho menos
de lo que pensabas: la zona
obscura y tibia
de la lengua (que incluye la Lengua)
latiendo oportuna,
completamente, el cigoto
en la cavidad central del Tiempo,
puro imaginario de terciopelo,
leve y grave
allí, al alcance de la mano, diestra o
siniestra, en el letargo de silencio
todavía interior aunque casi suprahistórico

 

  (como el movimiento
de las partículas
de un terrón de azúcar sobre la mesa).

 

     También junto al fuego:
en la dilapidación
de cigarros y saliva,
la frente
proyectando
a la orilla del mar
un perfil salvaje,
la utopía entre ceja y ceja,
entre muslo y muslo el roce con la luna
y entrevisto
de golpe
el Sentido: la pasión,
la fuente donde manan,
una a una,
las palabras.
Qué metafísico, aún,
para nuestras sólidas esperanzas históricas (3).

     Pero no es sólo esto.
Ni en el deslizarse
de la muerte
a ras de asfalto
mientras la cámara no tomaba en consideración

    los escasos segundos
en que se produjo el vaciamiento,
el segamiento de la vita:
la incompletud plenaria de un pecho
que rechina su corazón
contra un mundo todavía cálido.........................................                      
..........................................................................................
..........................................................................................

 

    ¿Y qué nos sucedía de este lado?
¿También el Suceso?
¿La Intervención de la Otra Parte?
¿O sólo el fantasma del Eventum?

    Aquí.

    Más allá del como.

    Absortos.

    Como si la Historia
de súbito:

  [          ]

    ¿Qué hay de todo esto
si no un rostro
en el vacío?

    ¿Qué hay de todo esto
si no un rastro
en la nieve?

    ¿Un trazo
sobre el asfalto
de escritura trágica?

 

    ¿Muy visceral todavía,
muy dentro fuera
todavía?

    Y por si fuera poco
el Sol (4)
interviniendo
en la rigidez de tus pómulos
intrahistóricos aún!

                                                          (1993)

 

 

“n”

 

soy
la Nube soy
Vogelfrei soy 
                                                                  el Viento Soy

                  El

                                       Que

                                                            SOY

 

                                                                            
                                                                                                              -qué destreza
                                                                verba explagiare


eh rhétoricians?

 

 

¿Y DONDE EL LOCUS?

 

-donde
el pájaro
estalla
sublime
y pone
en el rincón
nocturno
de mi mente
su OVO
de OR /

 

 

                                                                                          (y heme     aquí     por fin
                                                                                          ido ido
                                                                                                                          lelo lelo
                                                                                                                                                trá lá lá

 

                                                                                          pero péiname el bigote hermanita
                                                                                          pero péiname el bigote hermanita
                                                                                          bajo la sonrisa radiante de hielo)

 

 

sí     pues yo
estoy fuera
                                                                                          ¡FUERA FUERA FUERA!
verdá Signor Rector de Solphía?

fuera del mero embate
                  de lo circunstante
                                    in delirium syphiliticus

 

                                                                        aunque ha sido
                                                                 para mi paupérrimo dasein
una temporada espantoooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooosa/

 

                                                                                  ah

 

mis queridos vater pound y scarda
nelli y von henriette y nerval-de-la-nuca-partí

 

                                                                        intempestivo considero
                                                                 afeitado y luneciendo resplandezco
                                                                     cuando en mi horizonte surgen                

 

¡IDEAS!

 

                                    bajo la altitud esquizoconvexa de T

                                                      -cánteme una canción
                                                                        cánteme una canción
                                                                                                                              -yo pudo

no?

 

 

y vosotros
mis queridos salvajes de Occidiana

 

 

¿QUERÉIS LA PRUEBA DE LA OBRA?
¿QUERÉIS LA PRUEBA DE LA OBRA?

¿QUERÉIS LA PRUEBA DE LA OBRA?

 

«MEDIODÍA Y ETERNIDAD»

por
DIONISOS

 

 

-l´oeuvre de frederik nietzsche? ))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))

 

pues decir que YO
tragasables de la metafísica
(llamenme Nihil)
                                                      que YO vi en Sils-María
glosolalicointemporarioversprechennnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn

que YO
jó jó jó
tengo la CABEZA=

DAS NICHTS + MORFINA + DEUS ABSCONDITUS + PUS

 

                                                         que YO

 

 

-pero
          alcancemé
                             otra compresa fría
                                                          monsieur

 

 

y te decía
con letra casi legible
mme. francizca salomé:

                no tú no tienes la más remota idea
de estar unida
¿qué hora es Herr 1888?
con lazos estrechos ¡de SANGRE!
al hombre y destino
pero sírvame el menú sírvame la rata
en que se ha decidido

 

¡LA CUESTIÓN!

no tú no tienes herma
la menor
no

 

 

¿O QUERÉIS LA PRUEBA DEL DOLOR?

 

 

(en Turín efectivamente había frío
y una nieve espesa como lava quema
ah la semántica espesa de Turín
oh en mi cerebro de enebro arden
los semióticos caballos semíticos
en el campus
                                                                                          en el campus
                                                                                                                              en el campus
.....................................................................................................................................................

 

 

heme     sí
dioscuro en la absolutez distante

del corazón                                                                                                 a la chistera

 

 

(af. 156: la demencia es en algunos)

 

en el haz piramidal le me encontraron intacta la ovoide brillantez helada como si el tiempo tal vez la lucha por la gravedad tan necesaria para escribir a máquina tocar el piano esto en cuanto a la bío pues supra cráneo cielo virtual cuarteado es posible que la presión infinita del iluso desde el neopallum calloso como pierre dando la luna tres golpes de blancura contra la cubeta esos lóbulos abiertos el escalpelo en el aqua rasga un vector imposible de dolor en el corpus donde el pensamiento se escurre como linfa

 

-y/o
          alcanzemé ese libro enfer

 

 (PERO QUIÉN

 

                                       CONTINÚA LEYENDO

 

                                                                                    (LOS PÁLIDOS SIGNOS?)

 

 

pero
                                    al-can-ze-mé ECCE LIBER ENFER

 

 

-mero    
donde el shock
de la corazón
tan incivil

 

 

                                                                        

 

 

                                                                       -cuán vertical!

 

                                                                                                                              (La Habana, 1990)

 

Notas

1. Selección de poemas publicados en DERIVAS I (La Habana, Letras Cubanas,  1993) y CALCULO DE LINDES-1886-1996 (México, Aldus, 2000), este último es una ampliación y revisión del primero.

2. Hijo mío, yo que fui sólo vida  / te he dado el amor de la muerte. / Naciera de la prehistoria la suerte / que por la furia de la masa enfurecida  /  sacude la cumplida historia.

3. El hambre, aún, es metafísica. Ayer, en la carnicería, hacíamos cola para el pollo. Esta vez fue un pollo traído de Guerlesquin, cuya novedad eran las gruesas capas de grasa. Los viejos observaban el pollo de Guerlesquin con la suspicacia helada y ávida de quien no excluye a Guerlesquin en la percepción y sí las novedosas capas de grasa del pollo de Guerlesquin. Aunque, de algún modo, ellos sabían (¿sentido común que proporciona la Historia?).

4. Termino de escribir este poema en la mañana. Por la ventana entra el sol. La escritura, hasta ahora casi  ininteligible, va adquiriendo un vigor especial con la luz. «¡El sol también es histórico!», me digo en un rapto.