Desintegración y justicia en el cine argentino contemporáneo

Gabriela Copertari, Woodbridge: Tamesis, 2009. 186 pp.

Betina Kaplan, University of Georgia

     Desintegración y justicia en el cine argentino contemporáneo, de Gabriela Copertari,  comienza con un año, 2001, y un país, Argentina, con una cara amarga producida por la estrepitosa caída de un sistema económico que afectó todos los ámbitos de la vida política y social del país, y con una cara alegre en la historia del cine argentino por el gran éxito de taquilla de El hijo de la novia, dirigida por Juan José Campanella, nominada para el Oscar a la mejor película extranjera en 2002. El libro se propone como una interrogación acerca de la coincidencia histórica de estos dos hechos tan disímiles. Plantea así dar cuenta de una de las peculiaridades más sorprendentes del fenómeno del cine argentino reciente: que su mayor pico de desarrollo tenga lugar durante la peor crisis económica en la historia del país.  
     El libro de Copertari le da un rol protagónico al cine argentino reciente como texto cultural capaz de articular narrativas sociales y proponerlas como modelos de identificación común, en particular para la clase media porteña. La propuesta de Copertari es rastrear representaciones, imaginarios, ideologías, modelos de interpretación de la desintegración nacional representada que permitan “estudiar la formación de una nueva configuración cultural en la Argentina” (2) en la producción cinematográfica de la época previa e inmediatamente posterior a la crisis; entender al cine como máquina de “articular” “en el doble sentido de transmitir lo que existe y, a la vez, paradójicamente, crearlo”(13). El resultado de esta propuesta es un extraordinario estudio que explica magistralmente un complejo momento histórico que va de la ilusión de prosperidad de la década del 90 a la más severa crisis económica y a la vez analiza exhaustivamente, integrando el contexto histórico al análisis formal de secuencias, planos y argumentos, seis producciones estrenadas entre 1996 y 2002: Buenos Aires viceversa(Alejandro Agresti, 1996), 76-89-03(Cristian Bernard y Flavio Nardini, 1999),  Nueve Reinas(Fabián Bielinsky, 2000), El hijo de la noviaQuan José Campanella, 2001), Herencia(Paula Hernández, 2001) y El juego de la silla(Ana Katz, 2002).
     A pesar de la poca inclinación de los directores del cine argentino reciente a las narraciones alegóricas y del tono crítico con el que la misma Copertari, en la introducción, se aproxima a la afirmación de Frederic Jameson de que todo texto producido en el Tercer Mundo debe ser leído como alegoría, Desintegración y justicia decide analizar los embates individuales que sufren los personajes del corpus como alegorías de la situación cultural y social de la Argentina durante el contexto histórico de que produjo la caída del neoliberalismo.
     En concordancia con Gonzalo Aguilar, autor de uno de los primeros y más abarcadores estudios académicos sobre el “Nuevo Cine Argentino”, Otros mundos. Un ensayo sobre el nuevo cine argentino, Copertari sostiene que el éxito de público y/o crítica de este corpus se debe no sólo a la renovación formal que en mayor o menor medida estas películas formulan, sino también a la “contemporaneidad” que encarnan. Copertari propone entender esa contemporaneidad como el resultado de una “persistente puesta en escena de narrativas de desintegración (comunitaria, política, social, económica, cultural, moral, familiar, personal), que dan cuenta precisamente de una experiencia social de pérdida” (11).
     El entramado del libro de Corpetari propone un trabajo con los films que amplía el marco de análisis del cine argentino reciente hasta ahora construido en torno al fenómeno conocido como “Nuevo Cine Argentino”.  El libro de Joanna Page, Crisis and Capitalism in Contemporary Argentine Cinema, también publicado en 2009, comparte esta estrategia. Para su análisis Copertari no elige los representantes más consagrados del Nuevo Cine, sino films considerados por algunos críticos como “precursores” (Buenos Aires viceversa, 76-89-03),  films estéticamente más convencionales y menos conocidos, o films consagrados por el público local e internacional (o “cine industrial”, según cierta crítica, como  Nueve reinasy El hijo de la novia), es decir, una serie de películas “representativas de formatos narrativos, estilos cinematográficos y modos de producción diferentes” (9). El libro alude sólo contextualmente al repertorio de eventos simultáneos que originaron el “Nuevo Cine” (la ley de cine de 1994, el desarrollo de nuevas formas de producción independiente y el rearmado de una cultura local de cine a partir de la emergencia de escuelas de cine, de publicaciones, de festivales, de jóvenes directores con inquietudes renovadoras, etc.). En cambio, centra su análisis en las narrativas “de una desintegración definitiva y total” de la economía, el Estado y la nación “que habían sostenido una identidad nacional durante más de un siglo”(1), y su contracara, los intentos de reconstrucción o reparación frente a la pérdida que en el libro de Corpetari se presentan como un tipo de “justicia”.
     El análisis de Copertari tiene la gran virtud – pero también el riesgo – de lograr organizar la lectura de un corpus de películas con desigual recepción de público y crítica según dos ejes conceptuales: comunidad y herencia. Estos dos ejes, enmarcados por el advenimiento y la feroz caída del neoliberalismo en Argentina, se van articulando en las películas de manera diversa pero son una constante.
     El libro está organizado en 3 partes, una introducción y conclusiones. En la primera parte el análisis de Copertari de Buenos Aires viceversay 76-89-03 se centra en la continuidad entre la dictadura y el régimen neoliberal. Ambas películas presentan la experiencia de la desintegración como la contracara del “espejismo massmediatiático de una Argentina próspera y global” (165). En Buenos Aires viceversala comunidad se presenta en un estado fragmentario y “ciega” al presente y al pasado como herencia de la violencia política ejercida por la dictadura que se continúa en otro tipo de violencia, contemporánea, globalizada y neoliberal que también produce víctimas no políticas sino de exclusión social. 76-89-03pone el énfasis en la continuidad de los valores generados durante la dictadura que contribuyó a la transformación de los ciudadanos en  “consumidores hipersexualizados y despolitizados defensores del modelo neoliberal que habría de consumarse en los noventa”; herencia esta que vuelve imposible una reconstrucción comunitaria.
     La segunda parte está dedicada al análisis de dos películas que tuvieron gran éxito a nivel nacional e internacional: Nueve reinas y El hijo de la novia. En estas películas Copertari identifica a las comunidades familiares como representaciones metafóricas del desencanto de los valores relacionados con el trabajo y “de la solidaridad social y unión familiar concebidos en tanto herencia de la inmigración europea, como el patrimonio nacional”(166). Copertari apuesta a que él éxito de ambas películas se debe a la posibilidad de recuperación del patrimonio aunque sea de manera parcial y ambivalente.
     En la tercera parte vuelven a ponerse en escena los valores relacionados con la inmigración europea (trabajo, solidaridad social, progreso). En Herencia a partir del traspaso exitoso de esa herencia a un nuevo inmigrante europeo se reconstituye la comunidad nacional que incluye integrantes heterogéneos pero los pone bajo el liderazgo del inmigrante europeo. El juego de la silla propone a la emigración como una disgregación más de lo nacional pero también propone un intento de re-integración comunitaria no territorial, basado en lazos afectivos.
     Desintegración y justicia no sólo logra un aparato de lectura eficaz para las películas que estudia, sino que también logra ubicarlas en el conjunto del cine argentino contemporáneo y en el contexto más amplio de la historia de los años 90.  Por eso es un texto imprescindible no sólo para quienes se interesan por el cine argentino reciente. También será atractivo para quienes tratan de lograr una mejor entendimiento del pasado reciente argentino.