Ruins
 Achy Obejas
    Akashic Books, 2009
 
    250 pages.
    
ESPAÑOL EN SPANISH
Edmundo Desnoes
     En Cuba la revolución lleva  cincuenta años en el poder.
           Regresé a la isla en 1960 y abracé el sueño de una radical justicia  social. En esa misma época Achy Obejas abandonó Cuba con su familia. Treinta  años más tarde Achy regresó a compartir una intensa pesadilla social. Entre los  dos hemos vivido el sueño y la pesadilla de la historia.
          La isla de Cuba es tanto una realidad como un mito. La realidad es el  mundo en que nacemos, es lo dado, y mito es lo que creamos como escritores.  Transformamos el caos de la experiencia en visiones, narraciones, historias que  nos ayudan a ver y sentir, a habitar e interpretar el mundo que nos rodea,  y nos permite seguir adelante. 
         Ruins de Achy Obejas es una  novela que revela el rostro humano de la agonía de  la revolución cubana durante los años  desconcertantes que siguieron al colapso de la Unión Soviética. El  desconcertado gobierno comunista de la isla lo bautizó “período especial en tiempo de  paz” – un monstruoso y desangrado eufemismo que Achy ha intentado definir a  través de personajes y experiencias en un paisaje de escasez, agonía y constante  voluntad de sobrevivir. 
           Dos epifanías de la escasez bastan para revelar el hambriento humor de  los sobrevivientes. “The  week before, Rosita had been selling those very sandwiches on the street –she’d  even offered him one. But no sooner had Usnavy pulled up the bread and seen the  flat layer of pith covered in seasoning, than he recognized its provenance:  These  were pieces of a blanket normally  used for mopping floors which Rosita had beaten and marinated is spices and a  little beef broth. The texture of the wool had been transformed into what they  all imagined steak was like, something tender and chewy. The success of her  enterprise had come as much from her ingenuity as from the tricks memory  plays.”
    Esta epifanía, donde el fragmento de una frazada para limpiar el piso se  convierte en un suculento bistec, puede golpearnos como una innecesaria  crueldad dada la monstruosa crisis alimenticia. Pero la cita es, en gran  medida, un saludable regreso a la cordura. Después del sueño revolucionario de  la abundancia y la justicia social, del intento de imponer el realismo socialista en la literatura, Ruins nos permite recobrar por momentos  una de las raíces de nuestra literatura – la novela picaresca. La lucha por  sobrevivir desnudada por el realismo español del Siglo de Oro. El humor, en  Cuba, es un instrumento imprescindible para la sobrevivencia. Cuando una situación se hace intolerable -- sólo  una exclamación humorística, una carcajada basta para desenmascarar toda la falsa  retórica, todo idealismo mentiroso. Es la trompetilla que durante los años de  la república lograba desnudar la retórica bien vestida del político mendaz.
         Ruins es una suerte de poema  satírico, una metáfora de nuestra desgarradora situación actual. El humor  permite a los cubanos enfrentar cada  mañana la escasez de recursos; y de noche el sueño, las ilusiones, le permiten  dormir con alguna esperanza. La novela se mueve entre la ironía y la fuga  poética. El personaje central, Usnavy, ha pasado del sueño revolucionario de un mundo mejor a refugiarse en la  belleza de una lámpara iridiscente que le permite seguir viviendo en un  cuartucho lleno de goteras.
         La novela de Achy Obejar expresa otra desgarradura: la de presentar en  inglés una realidad vivida en español. Escrita y publicada en inglés demuestra  la inevitable traición de toda traducción. Achy ha decidido inteligentemente dejar  en español palabras claves que no tienen equivalentes en inglés, palabras que  tienen un peso y un sentido sin traducción posible. Cuando escribe “sapo” para  referirse a los inquietos observadores de un juego de dominó, sentimos la  pesada humedad del coro impertinente. Mejor aún: deja “derrumbe” en español,  con toda la carga emocional y física de las tres sílabas: la “erre” nos ayuda a  sentir -- leyendo la palabra en una frase anglosajona -- la descomposición, la  caída, el desmoronamiento de un edificio y, al mismo tiempo, de sus habitantes.  La novela lucha por incorporar la filosofía y la psicología de una experiencia  vivida en español. Una lengua, ya lo sabemos, es una manera de pensar que  muchas veces se pierde en hasta la mejor de las traducciones. Vemos y oímos el  proceso de las ruinas en La Habana Vieja. El Diccionario inglés-español de  Velásquez no puede darnos una palabra precisa para el verbo: “Derrumbar: to precipitate, to throw  down headlong. To  precipitate one’s self headlong. To sink down, crumble away, tumble down; said  of a building.”  Y para el nombre:  “Derrumbe: A tumbling down,  collapse. A landslide.” 
          La definición de derrumbar en inglés podría ser la  definición de la novela: “Derrumbar: precipitar, tirar abajo de cabeza.  Lanzarnos de cabeza. Hundirnos, desmoronarnos, tropezar y caer; suele decirse  de un edificio.” Aquí recuerdo una frase de Lezama sobre nuestra identidad: “El  cubano es un animal de unidad ruinosa.” 
          Se ha escrito mucho sobre el espanglish, esa suerte de yiddish del  exilio. El habla del oprimido que se niega a renunciar a su identidad  lingüística,  y que al mismo tiempo no puede  resistir la presencia poderosa de una lengua extraña que lo rodea en su vida  cotidiana. El espanglish existe a mí alrededor aquí en los Estados Unidos. Sé  que es inevitable y lo reconozco. Lo ideal, como en la novela de Achy Obejas,  sería un enriquecimiento de tanto el inglés como el español con palabras,  estructuras lingüísticas que se incorporen a la cantera de cada lengua sin  violar su genio. Hay intensidad en nuestra lengua y duda en el discurso anglosajón.  Podemos nutrirnos uno al otro sin violarnos. Y la literatura es el vehículo  idóneo. 
          Hablando de intensidad. Si hay algo que caracteriza, en mi experiencia,  a la revolución cubana, es la palabra  intensidad. Intensidad que, muchas veces,  es más importante que creernos ingenuamente en posesión de la verdad. Lo cierto  y lo falso son juicios de valor; la intensidad es una realidad existencial. Ruins trata de reflejar la intensidad  del período especial. Cualquier juicio que hagamos, y debemos inevitablemente hacer,  debe partir de la experiencia a través de los personajes y vicisitudes  expuestas en esta novela. 
          El verbo se hace carne entre nosotros en Ruins y nos permite enfrentar y  domesticar nuestros demonios.
Nueva York y 2009
  