Piñera revolucionario

 Duanel Díaz, Princeton University

     Con el centenario de Virgilio Piñera a la vista, no está de más recordar esa zona poco conocida de su obra que son sus artículos en Revolución. Dirigido por Carlos Franqui, el diario del 26 de Julio ensayó un fotoperiodismo ágil y renovador, que pretendía reflejar meridianamente aquella revolución primero “humanista” y luego “socialista”, siempre popular, nacionalista y dinámica. Para ello, Revolución contó con un staff de jóvenes escritores muchos de los cuales luego alcanzarían renombre: Roberto Fernández Retamar, César Leante, Jaime Sarusky, Severo Sarduy, Guillermo Cabrera Infante, Rine Leal, Calvert Casey, Antón Arrufat, José Álvarez Baragaño.
     Entre ellos Piñera asumió el papel de guía intelectual: él era tan polémico como aquellos “jóvenes airados de 1959”, y a la vez cargaba sobre sus hombros la experiencia de una época de la cual la revolución pretendía hacer tabula rasa. Desde su primer artículo en el periódico, un comentario al discurso de Fidel Castro en Columbia, la República aparece en las notas de Piñera como un cúmulo de penurias y humillaciones, una edad oscura, tanto para la nación en general –reducida a la categoría de semicolonia- como para los escritores en particular –reducidos a la opción entre el oportunismo de lo que Piñera denominó “baquerismo intelectual” y la “muerte civil” a que los literatos honestos eran condenados por una sociedad filistea.
     En consecuencia, buena parte de la prédica de Piñera, tanto en los artículos firmados con su nombre como en la columna “Puntos, comas y paréntesis” (que firmó como “El escriba”, entre julio de 1959 y julio de 1960), constituyó un llamado a los jóvenes escritores a comprometerse del todo con la Revolución. Ese compromiso, para Piñera, no determinaría una literatura dirigida o panfletaria, pero tampoco una que reprodujera los vicios que según él habían lastrado a la literatura cubana en la etapa superada: hipocresía, preciosismo, escapismo, verbalismo, etc.
     En estos artículos, el optimismo que Piñera compartía con los escritores del grupo de Lunes de Revolución, parecía no tener límites. Aun antes de que la revolución se declarara socialista, Piñera se muestra condescendiente sobre la situación de la literatura en la Unión Soviética. Sale al paso a prestigiosos intelectuales que han criticado determinados aspectos del proceso revolucionario, como Medardo Vitier y Jorge Mañach; toma parte activa en la campaña de Revolución contra el Diario de la Marina. Al parecer, para Piñera no había contradicción entre el cierre de la “prensa libre” en abril del 60 y esa consagración de la Libertad que es la revolución de 1959.
     En “Mis veinticinco años de vida literaria”, Piñera se mostraba seguro de que la época de las humillaciones había quedado definitivamente atrás. Pero justo ese año la estrella del escritor comenzaba a declinar; y el conocimiento de la historia posterior ofrece una muy singular perspectiva sobre estos escritos suyos de 1959 y 1960. Por un lado, es preciso ponerse en su lugar, comprender lo que la revolución de 1959 significó para buena parte de los escritores y del pueblo cubano. Por el otro, es imposible, desde nuestra altura histórica, no ver eso que ellos no podían o no querían ver: que el cierre de La Marina prefiguraba el propio cierre de Lunes, cómo alimentaban al monstruo que terminaría devorándolos. Los artículos de Piñera ofrecen insuperablemente el momento de la visión y el momento de la ceguera; dos momentos inseparables, como cara y cruz de una misma moneda.
     En 1959, Piñera publicó alrededor de treinta artículos en Revolución. En 1960, otro tanto. En 1961, muy pocos. Para esta primera entrega, hemos seleccionado el primer artículo y uno de los últimos, además de otros cinco artículos del año 1959. En una próxima entrega, ofreceremos varios artículos publicados a lo largo de 1960.  

«Nubes amenazadoras», 15 de enero de 1959, p.4. Virgilio Piñera.
«Literatura y Revolución». 18 de junio de 1959, p. 2. Virgilio Piñera.
«Veinte años atrás». 9 de octubre de 1959, p. 2. El Escriba.
«Llamamiento a los escritores», 23 de octubre de 1959, p.19. El Escriba.
«El arte hecho revolución, la revolución hecha arte». 5 de noviembre de 1959, p. 2. El Escriba.
«Aviso a los escritores». 10 de diciembre de 1959, p. 2. El Escriba.
«Mis 25 años de vida literaria». 3 de febrero de 1961, p. 3. Virgilio Piñera.